Después de un día genial o un día de mierda. Después de hacerlo lo mejor posible o de pifiarla lo más posible.
Escucha, reflexiona, corrige. Y mañana más.
Yo no hago kendo pero acompaño a mi mujer a muchos cursos de kendo, y creo que ése es siempre el momento más bonito.
Lo vio Josh Kan, en Tulsa (Oklahoma, EE.UU.). Noviembre de 2011.
Nikon D90. 105 mm. ISO 400.