Leyendo algunas noticias es la sensación que te quedas, que el fotógrafo o el aficionado a la fotografía que saca la cámara, o cualquier otro dispositivo que pueda realizar fotos, en realidad es alguien malvado dispuesto a cometer fechorías.
Y digo esto porque ha ocurrido algo bastante surrealista, concretamente en un centro comercial de Glasgow llamado Braehead, donde Chris White, un ciudadano británico, le hizo una foto a su hija de cuatro años subida a una moto de decoración -era el asiento de un puesto de helado-.
Después de hacer la foto un guardia de seguridad le dijo que tenía que borrar la foto porque era ilegal. El británico se negó y el guardia llamó a la policía, que cuando llegó le amenazó con requisarle el móvil basándose en el Acto de Prevención de Terrorismo, aunque no se lo llevarían si les proporcionaba su nombre, edad, lugar de nacimiento y empleo.
Finalmente el hombre cedió por no alargar más la situación, pero después tranquilamente explicó la situación en una página de Facebook llamada Boycot Braehead y la noticia corrió como la pólvora. No es de extrañar ya que dicha página tiene 22.000 seguidores.
Hasta en la BBC se hicieron eco del suceso, por lo que el centro comercial se disculpó y prometieron que cambiarían su política respecto a la fotografía.
La cuestión es: ¿es ilegal hacer fotos en un centro comercial? En España por ejemplo no está permitido, basándose en que es un sitio privado, que tiene dueño y normalmente no hay autorización para sacar nada. Pero si estás haciéndole una foto a tus hijos en una tarde de entretenimiento, llegar a este punto es bastante absurdo, porque no estás sacando ni el centro comercial ni siquiera las tiendas, por mucho que puedan salir de fondo.
De todas maneras en Inglaterra de todos es sabido que lo que está permitido y lo que no está permitido fotografiar ha traído mucha polémica y muchas discusiones tanto en la calle como en la red, así que esta exageración sólo viene a demostrar el grado de confusión que se tiene con fotografía = terrorismo / peligro.