Parece mentira que unas pequeñas pizcas de agua logren que una foto de un insecto o una planta parezca tan diferente a cuando no las tiene.
Lo cierto, es que me fascinan este tipo de imágenes, doy saltos de alegría cuando me encuentro un sujeto así. Creo que esto me pasa por vivir en una zona tan árida de la Mancha, en la que el rocío aparece sólo unos pocos días al año.
Para tomar buenas imágenes con las gotas de rocío, necesitamos observar cuidadosamente todo. Antes de disparar, hay que mirar sus formas, pensar cómo voy a componer y sobre todo cuidar la altura del objetivo.
Si, he dicho "cuidar la altura del objetivo" porque si disparo desde su mismo nivel, capturaré las gotas cristalinas y con más redondez. Las gotas de rocío parecerán más grandes de tamaño y con un aspecto más resplandeciente. Además, desde su mismo nivel consigo que las gotas de rocío estén mejor iluminadas.
Aún no me ha dado por fotografiar las gotas de rocío mostrando la imagen reflejada del medio ambiente circundante. Esto puede enriquecer la composición y dar un resultado bastante interesante. Para conseguirlo utiliza tubos de extensión, lo comento por si alguien lo quiere experimentar.
Todas estas fotografías que siguen a continuación son naturales. Sin trampa, ni cartón y mucho menos glicerina (alguno lo entenderá)... no seré yo quien enseñe esas maldades, jajaja.