Fotografías de cremas y sopas: trucos de estilismo culinario

Por Soniaif

Una nueva entrada del blog dedicada al estilismo culinario. En este caso al estilismo culinario de cremas y sopas para conseguir que nuestras fotografías luzcan más bonitas que nunca ¿Queréis conocer uno de los secretos mejor guardados del mundo de la fotografía culinaria?  ¡Adelante, unas líneas más abajo lo encontraréis!

Cualquiera que haya intentado hacer una fotografía de una sopa, o de una crema, se ha dado cuenta de lo aburrida que puede llegar a ser, si no decoramos con un mínimo de buen gusto su superficie. Una simple hojita de alguna hierba fresca, o un toque de pimienta molida puede cambiar la cara de nuestra crema, pero ¿Qué sucede cuando los aderezos utilizados tienen cierto cuerpo y peso, y nuestra crema o sopa tiene además una consistencia muy líquida? O tenemos la pericia del mejor fotógrafo del mundo y el dedo más rápido a este lado de la galaxia, o todo nuestra obra se hunde irremediablemente…

Hasta hace poco y para estos menesteres yo solía utilizar alzas de papel de aluminio, o bien un pequeño cuenco vuelto del revés en la base del bol o plato sopero que utilizase para fotografiar la crema o sopa. Si consideramos que uno no siempre acierta con la altura o tamaño del alza que tiene  que utilizar,  o que tal vez la base del cuenco que utilizamos como soporte puede ser pequeña y tampoco de la altura adecuada, el problema se hace menos grave, pero no se resuelve.

¡Atención, ha llegado el momento de descubrir uno de los secretos más útiles y sencillos que permitirá a cualquiera que se aventure en tan ingrata tarea, solucionar con elegancia el dichoso problema! No voy a atribuirme su autoría, porque hace no mucho lo descubrí navegando por las increíbles aguas de Google (que admitámoslo, da para todo).  La solución están en una buena bolsa de ¡Canicas!

Como veis en la fotografía, no tenéis más que rellenar la base de vuestro plato o cuenco con canicas, y verter la crema por encima, de tal manera que no se vean las canicas, pero que no queden hundidas en el fondo. Si metemos un dedito para hundir las canicas que más se vean y colocarlas adecuadamente ¡Tanto mejor! Así que tened cuidado con la temperatura de la crema. A continuación ya podemos realizar el estilismo del plato con total libertad y comodidad ¡Y aguanta intacto en el set durante un buen rato!

Evidentemente, entre las canicas y el dedo que hemos metido dentro, después hay que descartar como comestible la crema utilizada, pero si lavamos con cariño y esmero las canicas, y las dejamos secar ¡Nos servirán para un sinfín de ocasiones!