La de hoy es una de esas fotografías que en cuanto la ves, dejas lo que estás haciendo de modo inmediato y te detienes para identificar cada detalle y cada pista antes de preguntarte a ti mismo ¿Así era Madrid? La respuesta es clara y no deja lugar a dudas: "Sí". Ya que el escenario donde fue tomada es bastante reconocible, el Puente de Toledo. Una vez asimilada dicha información es cuando nos asombramos, por penúltima vez, de lo rápido que avanzan los tiempos.
Toda nuestra atención en esta bonita escena del Madrid del año 1930 se focaliza en la singular pareja, un hombre a lomos de un caballo. Un hecho totalmente irrelevante hace unas cuantas décadas, de hecho al fondo de la imagen distinguimos varios animales más, pero que hoy nos produciría una alegre sorpresa). Todo indica que ambos se volteaban después de que el equino hubiese saciado la sed en el abrevadero.
Una imagen y un momento que de no ser por la reconocible hornacina del Puente de Toledo que aparece inmediatamente a continuación, podría parecer sacada de un film de vaqueros, de esos que tantas tardes de sobremesa y siesta nos han brindado en el pasado. Un bonito recuerdo de nuestro Madrid que nos permite ahondar no sólo en la espectacular transformación que ha sufrido la capital (basta con mirar los vacíos horizontes al otro lado del puente), si no también en sus gentes, sus costumbres y en los diferentes usos que han tenido sus elementos urbanos.