Hay ocasiones en las que, en las fotos antiguas que os traigo, el protagonismo de Madrid pasa a un segundo plano por la actitud de los personajes y figuras que aparecen en ellas. La de hoy es uno de esos casos ya que, a lo primero que se dirige nuestra mirada en este recuerdo de 1905 es a ese grupo de chavales, de pícaras maneras, que se congregan al inicio de la calle Arenal.
Con sus gorrillas,sus batas manchadas y sus poses improvisadas, algunos portan distintos objetos que, posiblemente utilizasen en talleres u otros establecimientos donde quizás desarrollasen trabajos como aprendices y otras tareas. Uno parece un repartidor de prensa, otro porta un enorme cesto.. y así, entre todos y ninguno le dan un aspecto travieso a esta fotografía antigua de Madrid, obra de Lacoste tomada desde el nacimiento de la Calle Arenal en la Puerta del Sol. La iglesia de San Ginés, unos metros por detrás, con su característica torre, observa desde la lejanía esta improvisada reunión.
Otro elemento que nos llama la atención son, por un lado, los enormes toldos de la sastrería de la primera manzana y por otro, el enorme mural publicitario de la Repostería Viena donde podemos leer palabras que ya nos abren el apetito como 'chocolates' o 'pastelería'.
Este bonito recuerdo de inicios del siglo pasado nos confirma que, la calle Arenal siempre desprendió una animada rutina, que la misma vida comercial que ahora rezuma, ya la ofrecía hace más de un siglo (salvando las distancias). Una estupenda postal del viejo Madrid que tanto nos cautiva, de un simple soplido.
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