La foto en concreto pertenece a la Calle de Magallanes y data del año 1914. En esta desgarradora estampa, llena de miseria, vemos como los más humildes levantaban sus chabolas sobre una de las tapias del desaparecido Cementerio del Norte. Éste, diseñado por Juan de Villanueva, fue el primero que se construyó en Madrid después de que se tomase la decisión de sacar los enterramientos fuera del núcleo urbano.
También conocido como Cementerio de la Puerta de Fuencarral, a él fueron a parar los feligreses de las Iglesias de Santa María, Santiago, San Martín, San Ginés, San Ildefonso, San José, San Luis y San Marcos. La foto no puede ofrecer un aspecto más desangelado, ni rastro de asfalto ni de por supuesto vida por ningún lado. Una estampa en la que desazón y el abatimiento consigue traspasar nuestras pantallas. Apenas un solitario y desorientado perro que parece deambular en busca de algo que llevarse a la boca.
Si alguno de vosotros vive por las actuales calles de Magallanes, Fernando el Católico, Rodríguez San Pedro y la plaza del Conde del Valle de Suchil que sepa que lo hace sobre el lugar donde descansaron miles de personas y de almas, entre ellas, la del escritor Mariano José Larra.
Ya definió Pío Baroja a la Calle de Magallanes como una “vía extraordinariamente fúnebre” y razón no le faltaba. Me imagino caminando por aquel desolador paraje, una desapacible noche de invierno y la verdad, la sensación no es nada halagüeña. El cementerio con el paso de los años terminó siendo clausurado y en su lugar se alzaron viviendas y en la actualidad un gran centro comercial. Una estampa muy diferente a la que tuvieron que vivir aquellos primeros, y atrevidos, moradores de la zona.
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