Moisés Cayetano RosadoEs claro que el mensaje emotivo es el que mueve fundamentalmente las conciencias. Y también que una buena imagen cala más profundamente que mil frases sesudas.Por mucho que tratemos de razonar situaciones, causas y consecuencias, nunca llegaremos donde puede hacerlo un párrafo que se nos clava por su carga emocional como si fuera un estilete. Y menos si se trata de una fotografía que se traduce en nuestro cerebro como la frase contundente que nos convulsiona hasta noquearnos por completo.
Estos iconos valen más que todos los informes, estudios, tesis, sobre el sufrimiento, el martirio de inocentes, la sinrazón, el egoísmo y las fuerzas todopoderosas, naturales o humanas, confabuladas contra la vida y la justicia. Lo importante, ahora y siempre, es que sirvan para evitar las causas, aunque también puedan ayudar a solidarizarse a posteriori y paliar en lo posible sus tremendos efectos destructivos.