Como cada año el Orgullo Gay de Madrid se convierte en la primera fiesta reivindicativa a nivel mundial. Una marea humana de millones de personas venidas de todos los rincones de España y del resto del planeta se concentran en la capital para reclamar los derechos de nuestro colectivo; de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales.
Pero el Orgullo es también un acto de Visibilidad, una celebración además de una reivindicación, una forma de demostrarle al mundo que estamos aquí, que somos diferentes, variados y plurales y que no nos avergonzamos por ello.
Exigir nuestros derechos basándose en que somos seres iguales es una ida caducada y obsoleta, por que ni siquiera dentro de nuestro colectivo existe una igualdad o un patrón que tengamos que adoptar.
Somos maricas, locas, bolleras, muscu-locas, osos, Transgresoras, militares, ejecutivos, genios, basura, egocéntricos, divinas, amables, cariñosos, sadomasoquistas, pervertidos, moralistas, religiosos, ateos, asexuales y un sin fin de cosas buenas y malas.
No salimos a la calle a convencer al público de nada, salimos por que queremos ser visibles, por que tenemos una realidad distinta, por que queremos que la homofobia se acabe en el mundo, por que queremos y exigimos nuestros derechos civiles y humanos.
Este es nuestro pequeño homenaje a las personas que salieron a la calle a reclamar nuestros derechos, a los que iban con traje de lentejuelas o a los que llevaban una bandera del Orgullo. A todos los heterosexuales que año tras año se acercan para apoyar estas fiestas reivindicativas que jamas la extrema derecha que nos gobierna podrá parar.