El fracaso del blanqueo es un hecho irreversible. La recaudación ascendió a menos del 10% de los 4.000 millones de dólares que pretendía el gobierno. Bajo el pretexto de la extensión del blanqueo hasta diciembre, se está urdiendo un nuevo esquema que constituye un paso más osado hacia una devaluación en regla. Este fracaso implica que se frustó el intento de convertir al Cedin en una pseudomoneda paralela.
Los Bulgheroni, dueños del grupo Bridas, anunciaron que traerían al país 500 millones de dólares. Este dinero, sin embargo, no sería dinero negro, sino sumas ya declaradas. “La empresa sostuvo que no participará de la llamada exteriorización de capitales (el blanqueo), sino que eligió este mecanismo porque es el más eficiente para ingresar divisas y afrontar sus inversiones locales” (La Nación, 4/10). El ingreso de los dólares se haría a través de la compra del “bono para el desarrollo económico” (Baade), una de las herramientas financieras creadas por la ley del blanqueo de capitales. Bajo este mecanismo, las inversiones que provengan del exterior estarían en condiciones de cambiar esos dólares a una cotización cercana al mercado paralelo. “El Baade se podrá utilizar como moneda de pago. Si bien no tiene un valor de mercado extendido, porque no cotiza, abre la puerta a obtener un valor más cercano al dólar blue o, cuando menos, mayor al tipo de cambio oficial” (ídem). Por eso, ya se está reclamando la posibilidad de un ‘mercado secundario’ que fije el precio del Baade. La nueva operatoria para los Baade refuerza un mercado paralelo oficial. Por ejemplo, las cerealeras “tendrían más pesos por cada dólar y les resultaría más barato comprar los granos a los productores” (Clarín, 5/9).
El gobierno quiere interesar a diferentes sectores capitalistas con este esquema, otorgándoles beneficios adicionales. Moreno les habría prometido a las cerealeras que aceleraría la devolución del IVA -que está retenida por la Afip- e, incluso, a poner fin al litigio que mantiene con ellas por evasión de sumas multimillonarias. Por su parte, el mismo Moreno le habría asegurado a Bridas que las sumas que traiga como Baade ingresarían “sin pagar el impuesto al cheque y sin los encajes que obliga el BCRA” (ídem, 5/10). Del mismo modo, se estarían estudiando concesiones a los exportadores, buscando mecanismos más favorables en la liquidación de las divisas.
La insistencia en esta suerte de desdoblamiento cambiario implica cambios importantes en las normativas de la Afip y del Banco Central. La negativa de Echegaray a postergar el blanqueo es un tiro por elevación contra este paquete. Se habla del desplazamiento de Lorenzino por Kicillof, quien es partidario de un desdoblamiento cambiario.
La crisis va haciendo un trabajo de zapa político.
Pablo Heller