RESUMEN EJECUTIVO: Hamás ha construido su ala militar a expensas de los habitantes de Gaza, para quienes no ha podido proporcionar servicios civiles fiables. Su insistencia en centrarse exclusivamente en su capacidad militar mantiene elevada la tension con Israel y hace que la reconciliación con la Autoridad Palestina sea casi imposible.
Las tensiones entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza siguen siendo elevadas tras de un período durante el cual las facciones terroristas de Gaza dispararon grandes cantidades de proyectiles en las regiones del sur de Israel, lo que originó ataques aéreos israelíes. Los ataques incendiarios masivos dirigidos a granjas y aldeas israelíes, orquestados por Hamas, aún no se han detenido, y un cese al fuego auspiciado por Egipto es, en el mejor de los casos, inestable.
Los mismos problemas que causaron que Hamas intensificara las tensiones en primer lugar -el aislamiento de Gaza y la economía tambaleante, y el deseo de Hamas de cambiar ambos- siguen vigentes, lo que significa que el conflicto podría recrudecer nuevamente muy rápidamente.
En última instancia, estos eventos parecen ser síntomas de un mayor fracaso por parte de Hamas para convertir a Gaza en una entidad viable, civil y de tipo estatal, debido a su fijación en el conflicto armado con Israel. Ha construido su ala militar a expensas de las necesidades de los ciudadanos de Gaza.
“Dado que ha fracasado por completo en la construcción de un estado civil en Gaza, su único instrumento para ejercer cualquier influencia es su desarrollo militar”, dice el profesor Benny Miller, experto en relaciones internacionales y gestión de conflictos de la Universidad de Haifa. “Hamas continuará construyendo su ala militar porque este es su único instrumento para tener algún efecto sobre procesos clave en la región y ejercer presión sobre Israel, y continuar su lucha armada, incluso si [esto ocurre] entre ceses de fuego extendidos”.
Además, argumenta Miller, tener una fuerza armada importante en Gaza es el medio de Hamas de mantenerse “relevante en absoluto a los ojos de Egipto y la Autoridad Palestina”.
Sin embargo, la negativa de Hamas a comprometerse con su brazo armado es exactamente lo que está causando que la Autoridad Palestina aísle Gaza, reduzca los fondos al enclave a un mínimo y vea a Hamas como un enemigo peligroso.
Esta es la razón por la cual los esfuerzos de reconciliación entre Hamas y la Autoridad Palestina hasta ahora han estado condenados al fracaso. Egipto tampoco ha cambiado su sospecha básica de Hamas. Israel, aunque interesado en mejorar la economía de Gaza, sigue estando muy amenazado por las actividades de Hamas. Como resultado, Gaza permanece aislada y la cuenta regresiva para un colapso económico continúa.
“El liderazgo de Hamas en Gaza se encuentra en una situación de crisis cada vez más grave”, dice el profesor Boaz Ganor, fundador y director ejecutivo del Instituto Internacional de Contraterrorismo de Israel en Herzliya.
Si bien Gaza no está experimentando una crisis humanitaria, sus niveles de desempleo, dificultades económicas y problemas de atención médica y bienestar están empeorando, advierte Ganor. “El liderazgo de Hamas es incapaz de proporcionar servicios básicos a la población: electricidad, agua y más”.
Una gran parte de los habitantes de Gaza que perdieron sus hogares debido al conflicto de 2014 entre Hamas e Israel aún no han recibido nuevas viviendas permanentes.
Estos desarrollos están causando fracturas reales en la sociedad palestina, particularmente en Gaza, observa Ganor.
A esto se agrega el bajo estatus de Hamas en la arena internacional. Qatar, un partidario tradicional de Hamas, ahora enfrenta acusaciones de los estados árabes de que apoya a los terroristas islamistas radicales.
“Los estados del Golfo y Arabia Saudita dejaron de apoyar a Hamas hace mucho tiempo”, dice Ganor. “El gobierno egipcio ve a Hamas como un aliado de la oposición que lo amenaza: el movimiento de la Hermandad Musulmana en Egipto. Incluso forzó a Hamas a cambiar el pacto de la organización y dejar de lado la sentencia que lo establece como un movimiento de la Hermandad Musulmana en Palestina “.
Hoy, dice, Hamas se queda solo con partidarios no árabes, Turquía e Irán, cuya asistencia a Hamas en realidad complica sus relaciones con los estados árabes.
Mientras tanto, Israel está destruyendo exitosamente los túneles de ataque transfronterizo de Hamas “uno tras otro, y todos los esfuerzos de Hamas para dictar nuevas reglas de juego para Israel no han dado sus frutos”, afirma Ganor.
En esta situación, los líderes de Hamas han depositado sus esperanzas en Egipto y otros estados árabes para negociar un nuevo acuerdo de alto el fuego con Israel y facilitar el bloqueo de seguridad en Gaza, al menos desde el lado egipcio. Hamas también espera que Egipto pueda permitir una reconciliación innovadora con la Autoridad Palestina.
A la luz de este complejo estado de cosas, ni Hamas ni Israel tienen ningún interés en una escalada de seguridad seria.
Sin embargo, Ganor advierte que si Hamas ve sus intentos de cortejar a los egipcios, los saudíes y la Autoridad Palestina terminan en fracaso, el grupo podría recurrir a la escalada como una última medida desesperada. “Hasta entonces, parece que intentarán limitar el fuego y contener a los elementos rebeldes en la Franja”, dice Ganor.
Por su parte, a Israel también le gustaría evitar cualquier escalada importante, “y mucho menos ir a la guerra en toda regla”, según Miller.
Al mismo tiempo, dice, una falla de Hamas para disminuir sus ataques incendiarios llevaría a una mayor presión política interna sobre Israel para que el gobierno recurra a la fuerza, “incluso si los profesionales en el ejército se opondrán a ella”.
Esta es una versión editada de un artículo que se publicó por primera vez en JNS.org el 20 de julio de 2018.
Yaakov Lappin es investigador asociado en el Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos. Se especializa en el establecimiento de defensa de Israel, asuntos militares y el entorno estratégico de Medio Oriente.
Los documentos BESA Center Perspectives se publican a través de la generosidad de la familia Greg Rosshandler
Este artículo está sacado de BESA Center