La cuestión es que este club es la eurozona, con ventajas y limitaciones que obligan a los socios, países con grandes diferencias económicas, entonces y ahora, obligados a soportar políticas que nunca podrán favorecer a todos al mismo tiempo. Grecia quiso entrar al club, incluso falseando todos los datos disponibles para lograrlo, obligándose con ello a perder parte de su soberanía, como el resto de países miembros. Ahora no está nada clara su postura respecto a seguir en el euro o salirse, al margen de las palabras sus movimientos denotan la búsqueda de otras opciones al margen del euro, tanto los de políticas internas como las relaciones internacionales, Rusia, China, siendo éste uno de los escollos de las negociaciones ya que parecen tener como objetivo ganar tiempo, más que llegar a acuerdos. Una de las limitaciones del euro es la imposibilidad de devaluación de cada moneda nacional, típica para ganar competitividad en ciclos de crisis, posible salida que muchos sectores se plantean, volver al dracma, devaluar y comenzar de nuevo; salir del euro no acabaría con la corrupción, ni resolvería la estructura incontrolada de su estado, su fiscalidad medieval plagada de privilegios a los súper-ricos, no garantiza acabar con los déficit tradicionales de años y años de muy superiores gastos a ingresos, una de las causas fundamentales de su deuda, ni aumentaría por ello la competitividad en relación con el mundo basada en mejoras tecnológicas o educativas, como toda alternativa tiene contraindicaciones, genera inestabilidad e incertidumbre futura, no mantendrían los mercados europeos en iguales condiciones, la devaluación permite ganar mercados inmediatamente, pero no resuelve el problema de medio plazo, las incertidumbres sobre la capacidad de financiación son enormes, mucho dinero de los ricos escapó de Grecia hace tiempo, los bancos están quebrados, las empresas necesitan inversiones en bienes de equipo, no hay ahorro interno, las deudas privadas y pública en euros aumentarían de valor respecto a un dracma 30/40% devaluado ¿Qué pasaría con ellas?
La solución que algunos plantean es declarar la quiebra y no pagar como inicio del nuevo camino. Pero un impago nunca sale gratis, dejar de pagar cuesta mucho, cuanto más unilateral mayores costos, por tanto cualquiera que lo pretenda debería explicar las ventajas e inconvenientes que se esperan. Grecia reestructuró sus bonos en manos privadas en 2012, con una quita cercana al 80% del principal, lo cual supuso unos 100.000 millones de euros de reducción de principal, tras ello, no han podido emitir mas bonos en los mercados, -algo parecido ocurrió a Argentina en su default, sigue sin poder acudir normalmente a los mercados- ya que no había inversores privados que compraran. Los pocos particulares que en los mercados atienden bonos griegos lo hacen a muy altos tipos de interés –calculan cuanto sería el riesgo de quita y lo cargan en los intereses subiendo tipos-.