Impresionante. Un desborde emocional sobre el escenario
Ya han pasado varios días desde que tuve la oportunidad de contemplar el desgarrón emocional con el que la dramaturga y actriz Isabel Serrano realiza un sentido homenaje a su propia historia, a los vagos recuerdos familiares, a esos asuntos de los que no se quiere hablar porque duelen y, en especial, a su hermana María Dolores y a su madre, muy presentes en toda la narración. Aún sigo impresionado y algo turbado ante lo que vi en el escenario del Teatro Municipal de San Martín de Valdeiglesias, aún sigo rumiando todo lo que se vivió en ese desnudo integral de su autora, un desnudo que va más allá de la ropa o la piel y llegó, quizá, a lo más sagrado que tenemos, nuestra memoria, una memoria que nunca es verdadera o falsa, simplemente es nuestra.
No estamos ante una obra para disfrutar, su contenido es áspero y certero, brutal a veces. Desde la propia escenografía vemos que no estamos ante una obra habitual. La actuación de las dos actrices y la puesta en escena es estremecedora, no esconde nada. No estamos ante una obra con una línea suave, es una bofetada de realidad, de dolor compartido. Una catarsis que se ve culminada en un grito de rabia tras el que llega un largo e incómodo silencio. No hay nada dispuesto al albur de los acontecimientos, no, todo está premeditado, todo medido, todo utilizado para mostrarnos a nosotros, desacostumbrados espectadores de comedias y funciones amables, toda la furia de la realidad. Y sobrevolando toda una narración dos asuntos, tan cotidianos como ineludibles, para la creadora y sus protagonistas, el dolor por la pérdida de la madre y la locura como punta de lanza, como síntoma y no como enfermedad, como realidad y no como castigo.
En esta sociedad en la que tan poco nos gusta a locura, en la que intentamos esconderla todo lo posible y medicarla hasta el extremo de querer dormirla o invisibilizarla se hacen necesarias propuestas como FRÁGILXS, que nos demuestran que aquello que llamamos locura está aquí, a nuestro alrededor, probablemente en nosotros mismos y que no hay necesidad de ocultar a nadie por ello, que son personas quiénes la viven cada día, cada hora y cada minuto de su existencia.
La función, además de conmovernos e impresionarnos a todos los que la veíamos por primera vez sirvió para que muchos conociésemos la Asociación X Frágil de Madrid, que se vino con algunos de los chavales que aprenden a integrarse de su mano y AGAFESM, la Asociación de familiares de enfermos mentales de Madrid, que se llevó parte de la recaudación, con sede en Navalcarnero y que cuenta con una sala disponible para actividades periódicas en San Martín de Valdeiglesias, cuyos horarios se pueden consultar en el ayuntamiento.