<<Se miraron a los ojos como si fuera la primera vez que se encontraban. No era agradable la presencia del otro, ya que recordaba que el suelo se iba a teñir de carmín en cuanto escucharan la señal. Supieron por un instante que uno de los dos tenía que desaparecer del mundo. Del universo. Se acercaron y quedaron a escasos centímetros. Una parte de su ser les decía que debían parar, que había algo que se les escapaba, pero era quizás demasiado tarde para ir recordando momentos que quizás no eran del todo relevantes. Lo que importaba era ver la sangre del enemigo alimentando sus manos. Escucharon la señal y todo comenzó. Lágrimas y desesperación inundaron el rostro de la joven que observaba la batalla. A su lado, un muchacho de apariencia juvenil y ojos viejos observaba con gran pena la escena. Sabía que tenía que hacer algo para impedirlo, pero el poder que dominaba las mentes de los que hace escasos días eran sus mejores amigos era inquebrantable. Necesitaba un plan. Un plan para vencer a la domadora de dimensiones más poderosa del universo.>>