Los tres últimos trabajos de Wes Anderson son sin lugar a dudas los mejores de su carrera (Fantástico Mr. Fox, Moonrise Kingdom y El gran hotel Budapest), aquellos en los que definitivamente ha conformado un estilo propio en el cual todo funciona perfectamente. El primero de ellos lo coescribió con el también director Noah Baumbach, cuyo humor se asemeja bastante al de Anderson aunque sin llegar a alcanzar su lucidez y habilidad. La última película de Baumbach ha llamado en especial la atención de la crítica, que prácticamente de manera unánime la ha alabado sin reparo alguno. Compartiendo esta vez la escritura del guión con su actriz fetiche y actual pareja sentimental, Greta Gerwig, el norteamericano nos trae Frances Ha.
Frances es una joven de veintisiete años alegre y divertida que trabaja en lo que puede para conseguir pagar el alquiler. Cuando discute y termina rompiendo con su novio y su mejor amiga, con la que convive, se muda a otro apartamento y se le viene el mundo encima. No obstante nada de esto conseguirá torcer su inquebrantable ánimo, ella seguirá bailando, riendo y emborrachándose, e intentando salir del bache.
En un clarísimo homenaje a Mauvais sang de Leos Carax, Frances corre por las calles saltando y bailando mientras suena Modern Love de David Bowie. El contorsionista Dennis Lavant acompañado de la música conseguía transmitir verdadera euforia y entusiasmo, ese cosquilleo electrizante que puede llegar a recorrernos en ciertas ocasiones el cuerpo. Sin embargo, cuando vemos a Greta Gerwig (sin ser la interpretación de la actriz la causante) algo falla, y esto mismo se extiende a toda la película. La sensación perdura durante la hora y media de metraje, todo lo que parece preparado para lograr una muy divertida y entusiasta comedia queda en agua de borrajas. Las situaciones se suceden una tras otra sin especial gracia hasta un punto que llega a resultar algo tedioso y repetitivo, ese personaje que debería caer bien y despertar la simpatía de todos resulta cargante en más ocasiones de las que debería, y además se cree mucho más original de lo que realmente es.
Tampoco hay que llevarse una idea equivocada. En Frances Ha encontramos muy buenas materias primas pero, de la misma forma que en ocasiones las piezas se unen para conformar un todo perfecto, aquí no encajan y dejan como resultado final una película que se esfuerza en exceso por conquistar al público, logrando simplemente unos personajes y situaciones muy alejados de esa simpatía y diversión que deberían transmitir.
Avalon edita tanto en DVD como en Bluray sin ningún contenido extra la última obra de Baumbach. Con buena calidad de imagen y sonido pero con subtítulos que no son tan certeros como debieran.