Francis Bacon y James I, Richard William Church

Por Jossorio


La vida de Bacon era doble. Había una vida de pensamiento elevado, de objetivos desinteresados, de entusiasmo genuino, de un deseo genuino de deleitar y beneficiar a la humanidad, abriendo nuevos caminos hacia la maravilla, el conocimiento y el poder. Y estaba la vida mundana, la vida de supuestas necesidades para la provisión de pan diario, la vida de ambición y egoísmo, que él siguió, no sin interés y satisfacción, sino en el fondo porque pensó que debía: debe ser un gran hombre, debe ser rico, debe vivir en el favor de los grandes, porque sin él sus grandes designios no podrían lograrse. Su plan de vida original fue revelado en su carta a Lord Burghley: conseguir un puesto con un ingreso asegurado y poco trabajo, y luego dedicar lo mejor de su tiempo a sus propios temas. 

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