Escritores hartos de mediocridad
Reconozco que a veces no menciono a escritores radicados en Cuba porque temo dañarlos, aunque sé cómo piensa la mayoría de los intelectuales cubanos, sé, me consta, por qué lo hacen, qué juego siguen y qué intentan obtener a cambio de fingir una conducta dócil de apoyo al totalitarismo.
Entre los que no menciono esta Francis Sánchez, escritor avileño, al que he acompañado por años en su desarrollo intelectual, y luego, ese llamado de su conciencia a expresar sus sentimientos políticos. Para ello, ha enfrentado la férrea crítica gubernamental, más ácida en provincia que en la capital, al estar más aislados de los medios internacionales y con menor cantidad de activistas por los Derechos Humanos. Por ello, ha tenido que navegar al pairo y contra la corriente en la mayoría de las ocasiones.
Conozco a su familia, que no menciono en aras de no perjudicar; he visitado su casa, he sido agazapado en ese espacio de creatividad prosapia, he acompañado a sus hijos a comprarle alimentos a sus peces (ya deben ser adolescentes), por lo que me considero un amigo de la familia, para orgullo personal. También les agradezco que a través de ellos conocí a Laurita en México, quien me ayudó en contra de su voluntad a crear el blog “Los hijos que nadie quiso”, y que le agradeceré siempre.
Cuídate hermano, que ellos están al acecho, y te fabricarán una causa y será como un viaje absurdo al infierno, que no creerás hasta verte en la total oscuridad. De todas maneras, allí en ese punto sin regreso, te acompañaré con mi voz, mi grito junto al de tu familia porque se deshaga la injusticia. Te envío un gran abrazo y mi orgullo por nuestra amistad, y la mútua necesidad de aportar a nuestro tiempo la honestidad de expresarnos, sentir que la luz nos cruza el cuerpo, en esa total transparencia que nos legaron los verdaderos artistas, en primer lugar, nuestro José Martí.
Pido a la comunidad internacional que mantenga a la vista a Francis Sánchez y a su familia, previniendo otro abuso institucional para acallar su voz, su arte, que tanto le duele a la dictadura.
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión Unidad de Guardafronteras. La Habana. Marzo de 2015.