Francisco García Escalero, nació en Madrid el 24 de mayo de 1954, era el menor de 2 hermanos, vivian en un barrio marginal cerca del cementerio de la Almudena, le gustaba pasear entre las tumbas, así huía del ambiente familiar.
A los 16 años entra en el reformatorio por robo de una motocicleta, a los 21 años sale del mismo y en compañía de unos amigos atracan a una pareja y violan todos a la chica delante del novio, Escalero fue detenido y condenado a 12 años de prisión en 1973.
En la cárcel se mostró tranquilo pero era un solitario, no se relacionaba con nadie, su única compañía eran animales muertos (pájaros y pequeños roedores) que se encontraba en el patio y se llevaba a su celda.
Salió de la cárcel con 30 años, con una educación nula y ninguna experiencia laboral, no le quedó otro camino que la mendicidad, vagabundeaba por la ciudad en busca de limosna en los alrededores de la parroquia de Nuestra Señora de Fátima.En 1985 murió su padre y Escalero se hundió más en la desesperación.
Le gustaba beber en enormes cantidades mezclando pastillas con alcohol, por lo que a veces mostraba un comportamiento agresivo y muy violento.
También sufre alucinaciones auditivas, una serie de voces que le piden que cometa nuevos crímenes y que profane cementerios.
Se cree que su primera víctima fue una prostituta drogadicta la cual, fue encontrada decapitada y quemada en agosto de 1987.
A finales del mismo mes y del mismo año, su segunda víctima, un mendigo amigo suyo con el que solía ir a pedir limosna, no necesitó ningún motivo para matarlo, después de una borrachera se tendieron a dormir en un colchón abandonado, cuando despertó y vió a su amigo durmiendo, con una piedra lo golpeó en la cabeza hasta matarlo, después lo apuñaló y le prendió fuego.
Él decía, que unas voces interiores le decían que tenia que matar.
No sabemos nada de Escalero hasta marzo de 1989, pero ya lleva tras de si una lista de víctimas y profanaciones de tumbas para masturbarse encima del cadaver.
En Septiembre de 1993 Escalero ingresa voluntariamente en el psiquiátrico Alonso Vega de Madrid.Tres días después se fugó con otro interno, hombre amable y tranquilo, que no esperaba ser su última victima.
Cuando la policia lo interrogó, confesó además de sus crímenes, el placer que sentía al practicar necrofilia con sus víctimas.
En febrero de 1995 acudió a la Audiencia provincial de Madrid para el juicio. Fue condenado a 30 años de reclusión en un centro psiquiátrico penitenciario.
Uno de los tatuajes en su cuerpo, “Nacido para sufrir”.
Descargar audio