Francisco Mata: "La Escuela de minas es fundamental para la comarca"

Por Mipuebloalmaden
  La historia de la Escuela de Minas de Almadén se remonta a  1777. Su pasado es, sin duda, uno de sus principales fortalezas, pero el hombre que ahora la encabeza, Francisco Mata Cabrera, está convencido de que tiene mucho futuro.  
Siente, además, una gran responsabilidad, porque no en vano la Escuela es la principal “empresa” de una comarca que busca cómo reinventarse. La peculiar ubicación de la Escuela, lejos de cualquier gran ciudad, obliga a sus responsables a “pelear” por atraer el interés de los potenciales alumnos. En el plato positivo de la balanza ofrecen una atención personalizada, unas instalaciones que no tienen nada que envidiar a las de cualquier escuela española y la calidad de sus estudios. Pregunta- ¿Cómo se gestiona una Escuela tan alejada de cualquier ciudad y con una historia tan importante?

 R.- La Escuela es la decana de las escuelas de ingeniería de España y la tercera de Europa, lo que sin duda es un sello que imprime carácter, entre otras cosas porque son muchos los profesionales que se han formado aquí. En definitiva, es un acicate para seguir trabajando en una localidad alejada del campus de Ciudad Real. Eso nos obliga a hacer un mayor esfuerzo por atraer a los alumnos, que, por otro lado, se van a encontrar con ventajas al venir aquí, como la atención personalizada que reciben, la metodología participativa que nos permite el no tener clases masificadas... Esa manera de trabajar nos permite desarrollar competencias transversales en el estudiante que son muy valoradas por el mercado de trabajo.

 Recibimos alumnos de muy diversos lugares: de Ciudad Real, por supuesto, pero también de La Serena, de Los Pedroches... lo que enriquece la vida académica. Además de bastantes estudiantes extranjeros: rumanos, brasileños, ecuatoguineanos... Pretendemos captar estudiantes internacionales en toda la oferta que tenemos, pero particularmente en Minas. Este año ha arrancado el nuevo grado en Ingeniería Minera y Energética, que contempla en el cuarto curso dos itinerarios, uno minero y otro de energía y combustibles, con gran proyección.
En definitiva, tenemos que pelear por cada alumno, promocionarnos durante todo el año, lo que nos empuja a desarrollar una amplia campaña de actividades.

P.- ¿El no tener un perfil muy homogéneo complicará algo las cosas?


 R.- Estamos muy satisfechos porque el resultado es muy bueno con alumnos que llegan en muy distintas condiciones. Para solventar problemas, especialmente en el arranque de la carrera, tenemos un Plan de Acción Tutorial, Cursos cero, becarios de apoyo...

P.- ¿Les acompañáis en el proceso de aclimatación?
 
R.- Organizamos una jornada de acogida a los nuevos estudiantes para informarles no solo de cuestiones acádemicas, sino para ubicarles, particularmente a los extranjeros. Tenemos en la dirección dos personas que se encargan de ese asunto.
P.- Una cuenta pendiente que tienen las ingenierías es la esacasa presencia femenina.

 R.- Tradicionalmente ha habido pocas alumnas y profesoras, pero en los últimos 20 años ha habido un incremento porcentual importante. En nuestra Escuela estamos en torno al 30%. No estamos mal, aunque hay ue hacer un esfuerzo por fomentar la vocación de las chicas en la ingeniería. De hecho, pensamos organizar para el próximo año, unas jornadas para destacar el papel de las ingenieras.

P.- Un aspecto importante para cualquier Escuela es la investigación. ¿Cómo está Almadén en ese aspecto?


 R.- Aparecemos entre las primeras 300 del ranking NTU. Más allá del dato, tenemos en la Escuela investigadores, trabajando aquí o en grupos nacionales o internacionales. La investigación ha ido creciendo a medida que aumentaba el número de doctores. Todos los años organizamos una jornada para generar un espacio de debate entre los investigadores de la Escuela y otros, porque entendemos la investigación en un plano colaborativo. Aquí se encuentra, por ejemplo, la sede del Instituto de Geología Aplicada, que realiza una importante labor.

P.- Tenéis líneas de investigación muy diversas.


 R.- Así es. Además del Instituto de Geología Aplicada del que hemos hablado, hay líneas, por ejemplo, sobre la energía geotérmica. También hay un grupo en nanociencia y nanotecnología, otro relacionado con el diseño mecánico, etc. De hecho, uno de los edificios de la Escuela está climatizado con energía geotérmica. Otra línea es la del patrimonio industrial y minero.

P.- Hablando de eso, ¿cómo os ha afectado la declaración de Patrimonio de la Humanidad de Almadén?

 R.- De manera muy positiva, más allá de que el impacto mayor deba ser el turístico. Como Escuela es un reclamo promocional. Incluso dentro de la Escuela tenemos bienes que están incluidos en el inventario de Patrimonio de la Humanidad, como los restos de los antiguos calabozos de la Real Cárcel de Forzados, que podemos encontrar en uno de los edificios.

P.- ¿Cómo es la colaboración con el resto de Facultades?


 R.- La investigación no es una tarea que gestione la dirección del centro, sino que es cuestión de los departamentos y particular de cada investigador. Dicho eso, hay colaboración con otros lugares en grupos que a veces son liderados desde aquí y a veces desde otros departamentos. También hay colaboraciones a nivel interuniversitario, por ejemplo con Córdoba o Extremadura. Insisto que la actividad investigadora hay que entenderla desde un prisma colaborativo.

P.- ¿Cuál es entonces la oferta académica de la Escuela?


 R.- Tenemos tres grados: el de Ingeniería Mecánica, el de Ingeniería Eléctrica y el de Ingeniería Minera y Energética.

P.- ¿Cuál es el que más éxito tiene?


 R.- Entre los alumnos están a la par los de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, pero esperamos que a patir del próximo curso crezca el interés por el nuevo Grado de ingeniería Minera y Energética.  Cualquiera de los tres, cuanta con grandes expectativas de trabajo. Además, tenemos en proyecto el master en Ingeniería de Minas. La Universidad tiene la propuesta y esperamos la respuesta.

P.- ¿Para cuándo?

 R.- Estamos expectantes. Esperamos que muy pronto. La propuesta requiere muy poca inversión, porque los medios materiales existen y los humanos también.  

P.- Tenéis un convenio de colaboración con la Universiad de Évora para que vuestros alumnos cursen allí el master.

 R.- Sí. Hasta ahora han sido casos puntuales los que lo han hecho, pero es una oferta que está abierta para los estudiantes.

P.- La Escuela está muy integrada en la comarca, ¿no?

 R.- Desempeña un papel fundamental en una comarca que lleva mucho tiempo atravesando dificultades, desde el cierre de la mina. La Escuela es la “empresa” que tiene un mayor número de empleados. Parte de la población se beneficia directamente de su existencia alquilando casas, con las ventas, etc. Además de las actividades culturales que organizamos. La presencia de universitarios rees un elemento dinamizador.

P.- ¿La labor de promoción  es entonces importante?

 R.- Casi cualquier cosa está hecha con materias primas que extraemos del subsuelo. Y eso hay que darlo a conocer, porque es gracias a la actividad minera, a los ingenieros de minas. Hay visiones muy sesgadas de la profesión por los riesgos medioambientales, pero tal y como lo entendemos hoy, cualquier actividad minera tiene que cumplir unos requisitos muy exigentes.

P.- ¿Entiendo que eso es parte de las enseñanzas?

 R.- Evidentemente. No se trata de enseñar como abrir "huecos" para extraer recursos, sino que eso se haga con el menor impacto medioambiental.

P.- ¿Qué instalaciones tiene la Escuela?

 R.- Lo que hay aquí es un campus, pequeño, pero que tiene varios edificios construidos recientemente.  

P.- La verdad es que sorprende la Escuela.

 R.-Siempre digo que a la Escuela hay que entrar, porque es verdad que el edificio que da a la calle, que se va a remodelar, tiene unos años, pero cuando se entra al patio se ven otras cosas: tres edificios de reciente construcción y amplios espacios para la vida universitaria. En equipamientos estamos al nivel de cualquier escuela de Ingeniería de España, aunque que aspiramos a más, porque siempre hay necesidades. Tenemos, además, la ventaja de que todos los alumnos pueden hacer sus prácticas de laboratorio en unas condiciones adecuadas al no tener clases masificadas.

P.- Hablemos de las prácticas.

 R.- En lo que se refiere a las prácticas en empresas, no son obligatorias, pero todos los estudiantes pueden realizar uno o más períodos de prácticas. Tenemos un importante número de empresas colaboradoras.

P.- Para acabar, ¿qué retos afrontas en estos cuatro años?


 R.- Consolidar la oferta académica, sacando adelante el master en ingeniería de minas, aumentar la oferta de titulaciones propias, incluso con cursos on-line... Otro reto importante es la internacionalización de la Escuela. Por supuesto, tenemos que mantener la plantilla, mejorar las infraestructuras e impulsar la actividad investigadora, participando en programas de doctorado e incorporando vocaciones. Ser director de esta Escuela no es como serlo de cualquier otra. Y no solo porque significa ser la cabeza visible del centro universitario de Ingeniería más antiguo de España, sino porque tenemos dificultades específicas, al no estar en una ciudad grande, así que el día a día tiene más sobresaltos. Nuestro reto principal es continuar formando profesionales de primer nivel, aquí, en Almadén. Yo llevo muy dentro la esencia de la Escuela. He sido alumno y técnico de laboratorio, desde 2000, profesor del área de ingeniería mecánica y, desde 2004 dessempeño también labores de gestión académica.
 Un ilusionante segundo mandato Francisco Mata vence la timidez hablando. Pero no hablando por hablar, sino sabiendo el terreno que pisa. Este chillonero tiene un curriculo brillante y muchas ganas de transformar las dificultades que implica el emplazamiento de Almadén en ventajas. El trato personal y las comarcas que rodean la Primera Escuela de Minas de España son algunas de sus bazas. Acaba de comenzar su segundo mandato con “ilusión”.

Fuente: lanzadigital.com/Francisco J. Otero
Fotografía: Clara Manzano