María Alejandra Díaz
El 10E comienza un nuevo periodo constitucional. Debería el Presidente electo, juramentarse ante la AN bajo circunstancias especiales: ataques internos desde un sector faccioso que niega y desconoce la CRBV, el Legislativo insubordinado y enfrentado al resto del Poder Público, avalando un golpe continuado y masivo contra el país, representando a un cuerpo de poderes transnacionales antipatriotas, intentando destruir el único ejemplo de sustracción real político y jurídico a la hegemonía legal mundial, para luego licuarla.
Alineándose al constitucionalismo híbrido impulsado por multilaterales, ONU y trasnacionales, imponen constituciones de celofán, destruyendo el núcleo duro de Constituciones Soberanas. Mediante subterfugios pseudojurídicos desconocen el libre ejercicio de la soberanía popular en los últimos procesos electorales, alegando condiciones de inelegibilidad del Presidente electo, la supuesta ilegitimidad e ilegalidad de la ANC y el supuesto sesgo del Poder Electoral venezolano.
La ANC es perfectamente legítima: su poder procede del soberano y es legal pues está sujeta a la normatividad jurídica. Constituyéndose además en válvula jurídico política para apaciguar las corrientes subversivas, anómicas y violentas, así como la alta conflictividad generada por grupos terroristas antinacionales, conservando la paz de la República, pues sin ello es imposible construir nada.
La ANC no sustituye a la AN, sino que mientras éstos francotiradores, avalen la ilegalidad de actos subversivos, convoquen fuerzas militares extranjeras a invadir su propio país, se sustraigan de la legalidad, perturbando la Constitución e inhibiéndose de actuar a favor de la paz nacional, no acepten el juego democrático y persistan en generar conflictos, usando su poder legítimo, para conspirar, desacatar, desconocer las reglas del juego democrático, le corresponderá a la ANC dentro del marco jurídico, político, legal, constitucional conservar la República que es un bien mayor y superior.
Según los francotiradores existe un vacío legal, incluso en los eventos electorales donde han participado. Ejerciendo esos poderes que tildan de ilegítimos e ilegales, han atacado a la CRBV y al Estado Nación. Luchamos contra oposicionistas que niegan la existencia de una comunidad política – chavismo- que ha jugado según las reglas fundamentales del Derecho, ha ganado, y no pretende utilizarlo como una plastilina, reconociendo o no, de acuerdo a su conveniencia al Poder Electoral y al resto de las instituciones. Se han convertido en un cuerpo parajurídico, abstrayéndose de la Constitución al alinearse con el constitucionalismo híbrido, disolvente de la Nación.
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