Revista Opinión

Francotiradores, manipulaciones, oportunismo y falsedad

Publicado el 10 noviembre 2018 por Franky
Millones de españoles tontos o retrasados siguen creyendo en el ratoncito Pérez, en los reyes magos y en mentiras y montajes de Pedro Sánchez, como la historia del francotirador, un conjunto de estupideces y falsedades que el gobierno utiliza, una vez más, para ganar votos, su principal objetivo. --- Francotiradores, manipulaciones, oportunismo y falsedad La historia es de risa y demuestra de manera contundente dos cosas: que hay millones de españoles tontos y que el gobierno de Sánchez, sin escrúpulos, miente, manipula y busca votos con desesperación.

Un francotirador experto en armas al que su instructor califica como tirador entre mediocre y malo. Un terrorista que prepara un magnicidio y que lo anuncia por guasap. Un arsenal repleto de armamento "de aire comprimido"; ¡un arsenal de jueguete! Una noticia que salta como actual cuando el supuesto peligroso terrorista lleva más de un mes en prisión preventiva. Un tanto que se apuntan los Mozos de Escuadra, desprestigiados y necesitados de credibilidad después de sus muchos fracasos y traiciones. Un gobierno que ya tiene un presidente al que ya incluso quieren matar. Todo un héroe fabricado con el más vulgar marketing político para imbéciles.

El asunto es poco serio. El francotirador Manuel Murillo, detenido por su intención de matar al presidente de Gobierno Pedro Sánchez, dijo que todo «era una fantasía estúpida» provocada por la ingesta de alcohol, según su declaración oficial difundida por Antena 3. El vigilante de seguridad, que guardaba un arsenal de armas en su vivienda, la mayoría de aire comprimido, reconoció haber mandado los mensajes de WhatsApp en los que manifestaba su deseo de cometer el magnicidio, pero, a la vez, dijo que él era el primer sorprendido al leerlos. «Hasta yo me he quedado alucinado al leer todo lo que escribí. Es la primera vez que mando mensajes de este tipo, es decir, expresando mi voluntad de matar a Pedro Sánchez. Ese día estaba inspirado, pero ahora, al revisar los mensajes, veo que están mal. Me he quedado parado».

Sobre el motivo de haberlos enviado, declaró que quería impresionar a la representante de Vox que estaba en el grupo de WhatsApp, la misma que más tarde lo denunciara a los agentes. «Quería quedar de patriota» delante de ella, detalló.

Detrás de este asunto, que en la España de los tontos manipulados ha ocupado portadas y aperturas de telediarios, es poco seria y detrás quizás sólo exista un deseo de ligar o la estupidez de un papafrita, aprovechada por un mediocre sin otra obsesión que ganar votos para seguir mandando. «Quería quedar de patriota» delante de ella, detalló el francotirador, mientras añadía que no estaba en su voluntad real matar a Pedro Sánchez. «No tengo edad para participar en un alzamiento, por Dios.

La historia del francotirador que quería matar a Pedro Sánchez quedará incorporada a los anales del esperpento español, a los montajes del marketing politico de tercer nivel o quizás a la fantasía nacional, junto con el ratoncito Pérez y los reyes magos, entre otras razones porque le falta solvencia y porque un atentado contra el presidente de un gobierno nunca funciona así y requiere más seriedad, profesionalidad, preparación y constituir una amenaza real.

El acontecimiento refleja, sobre todo, la bajeza de la política española, la estupidez colectiva, la existencia de medios de comunicación manipulados y comprados y la bajísima calidad democrática del sistema.

Francisco Rubiales


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