Frank Sinatra poco beligerante: La Segunda Guerra Mundial

Publicado el 06 julio 2014 por Marcoscallau
 
 A diferencia de muchas estrellas del momento, Frank Sinatra pasó la Segunda Guerra Mundial en casa. El otro músico de moda en la década de los cuarenta, Glenn Miller, se presentó como voluntario en octubre de 1942 dejando de este modo, la orquesta que llevaba su nombre, la big band que más sonaba en las jukebox de costa a costa. Una vez en el Ejército, logró convencer a los mandos de que su música podría elevar la moral de las tropas y Miller llegó al rango de Capitán librando su particular batalla como director de la Banda de la Fuerza Aérea del Ejército. Glenn Miller fue un caso muy sonado, ya que perdió la vida antes de llegar a casa en un supuesto accidente aéreo rodeado de incógnitas, mientras se dirigía a París, con la guerra ya terminada. Pero este no fue la única estrella del momento que dejó la fama por combatir en el conflicto. El mundo del cine también tuvo varios combatientes comenzando por los propios directores, como John Ford o Frank Capra. Lee Marvin formó parte del Cuerpo de marines, James Stewart fue piloto de bombardero, al igual que Clark Gable y Charlton Heston llegó a Sargento de aviación. Ernest Bornigne combatió como cañonero naval, Tyron Power perteneció al cuerpo de marines y Ronald Reagan llegó Teniente tras interrumpir su carrera como actor en 1942 Como vemos, en casa se quedaron pocos artistas pero lo supieron aprovechar. Frank Sinatra fue uno de ellos. Realizó varios intentos anteriores al conflicto para alistarse en el servicio militar, pero fue rechazado una y otra vez por el Ejército ya que presentaba una severa perforación en el tímpano sufrida en el momento del nacimiento, al ser extraído por fórceps. En diciembre de 1941 el bombardeo de Pearl Harbor desencadenó la entrada en guerra de Estados Unidos. En esos momentos, Sinatra destacaba como solista en la banda de Tommy Dorsey y ya planeaba su despegue en solitario, algo que el público (sobretodo el femenino) ya demandaba. Sorprendentemente la junta de reclutamiento para el servicio militar obligatorio volvió a convocar a Frank para un nuevo reconocimiento médico. Con su carrera despegando imparable hacia su pleno apogeo, lo último que deseaba Frank era alistarse en el Ejército. Por fortuna, sus aspiraciones habían cambiado. Declaró a los medios de comunicación de Jersey City que estaba muy disgustado y que iba a la junta de reclutamiento para aclarar de una vez su situación. Frank Sinatra volvió a ser rechazado, lo que desencadenó una polémica sobre si el cantante había recibido o no trato preferente. Puesto que ya había sido rechazado con anterioridad, en numerosas ocasiones, el asunto quedó zanjado.Y fue una suerte para Frank porque, a partir de entonces, comenzó a ascender como la espuma hacia un esrellato sin precedentes en al escena musical estadounidense. En enero de 1942 fue nombrado por la revista Billboard mejor vocalista del momento, incluso por encima de Bing Crosby. Ese mismo 19 de enero Sinatra grabó sus primeras canciones en solitario, acompañado por el músico Axel Stordahl. Los temas grabados fueron The night we called it a day, Night and day, The song is you y la estupenda The lamplighter's serenade, composición de Hoagy Carmichael que contiene ya toda la esencia intimista del cantante.
Sinatra sabía que había llegado su momento. Declaró a los medios que Bing Crosby seguía siendo el número uno (en un alarde de falsa modestia, ya que en privado decía que él iba a ser el número uno) pero, como alguien tenía que ser el número dos, ahí estaba él. La popularidad de Crosby, tanto en el cine como en la música, había sido apabullante. Pero Frank había llegado con un nuevo aire fresco, con un sonido mucho más moderno y con un toque latino que encandilaba a los más jovenes. Esa ascendencia italiana que le había proporcionado tantos quebraderos de cabeza y tantas peleas en su niñez y adolescencia, ahora parecía que se convertía en su mejor baza. Debido a la gran oferta de puestos de trabajo que se habían generado en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, las familias normales ganaban gran cantidad de dinero pero los lugares donde gastarlo escaseaban. El cine emergió como la atracción principal. Salas cómodas, con aire acondicionado, proporcionaban un ambiente agradable para que la sociedad se evadiera de los problemas que conllevaban el conflicto bélico. Las salas abrían desde las ocho y media de la mañana y no terminaban hasta la madrugada. Los programas ofrecían sesiones dobles, las Movietone News (algo así como el No-do norteamericano) y sobretodo en las grandes ciudades, espectáculos en vivo. Ahí estaba Frank Sinatra. La sala Paramount contrató a la atracción del año por seis o siete acutaciones diarias. La primera vez que actuó en el Paramount lo hizo antes de la proyección de la película Star-Spangled Rythm (George Marshall. 1942), en un programa que encabezaba el propio Bing Crosby (protagonista también de la película que se proyectaba) y donde figuraban también la debutante Peggy Lee, la reputada Benny Goodman Band, el pianista Jess Stacy, los Radio Rogues y el BG Sextet. En cuanto Jack Benny presentó a Sinatra en su noche de estreno, todas las quinceañeras que abarrotaban el lugar parecieron enloquecer, a gritar y a corear su nombre. Todo el mundo quedó sorprendido, hasta el propio Frank que casi no pudo cantar. El inaudito fenómeno de las bobbysoxers había comenzado. El contrato con Paramount se prolongó por dos meses más. Muchos psicólogs teorizaron sobre aquel fenómeno de la "Sinatramanía" atribuyéndolo a una consecuencia más de la guerra. Chicas de doce, trece, catorce, quince años, demasiado jóvenes para tener novio, veían en Frank la imagen masculina, el enamorado ideal. Por otro lado, las mayores de edad, tenían a sus novios en la guerra, lejos de casa y también veían en Frank el amor que añoraban. Frank Sinatra era como un objeto amoroso muy conveniente. Muy pronto, todo Nueva York y todo el país hablaban sobre ese delgaducho cantante con pajarita a quien su representante, George Evans, había bautizado como La Voz.

Frank recibe cartas de admiradoras

La Sinatramania estaba imparable. En febrero de 1943 Frank Sinatra era estrella invitada en el programa radiofónico Your Hit Parade. Ese mismo mes los estudios Columbia lanzaron la película Reveille with Beverly (Charles Barton 1943) en la que Frank Sinatra aparecía por primera vez en solitario cantando Night and day

En marzo de 1943 Frank Sinatra fue contratado por el Club Riobamba, en la 57 Este de Nueva York por 750 dólares a la semana. Fue la oportunidad en la que Frank conectó por primer  vez con el público adulto de Manhattan. Esa primera noche cantó Night and day y She's funny that way y los aplausos atronaron el recinto. El siguiente compromiso del cantante fue de nuevo el Teatro Paramount, por 2.500 semanales y además firmó con la RKO un contrato de siete años para hacer cine. Llegó su primera película, Higher and higher, donde se interpretaba a sí mismo cantando cinco canciones. Así se consolidaba el fenómeno Sinatra. Mientra en el mundo se libraba la cruenta Guerra Mundial, el país que decidió la contienda bailaba y cantaba al ritmo que un flacucho italoamericano marcaba. Esa fue la batalla que libró Frank Sinatra. Supo aprovechar la oportunidad. Hot time in the town of Berlin fue un tema para apoyar a las tropas aliadas que hizo famoso en 1944 Bing Crosby junto a las Andrews Sisters. Una reveladora primera estrofa dice: "Se vivirá algo grande (literalmente: habrá un tiempo caliente...") en Berlin cuando los Yanks entren. Yo quiero ser ese tío, repartiendo toda esa alegría, cunado tomemos el viejo Berlin" Así, la sociedad norteamericana en la desinformada distancia, celebraba la esperada victoria sobre las tropas nazis. Pero Frank Sinatra, interpretando este tema en 1944, parecía celebrar su propia victoria.