Frank Sinatra, según Perico Vidal: cuerpo y alma

Publicado el 09 julio 2017 por Marcoscallau

Noche de 1956 Frank Sinatra y Ava Gardner en el Chicote de Madrid.

Perico Vidal y Sofía Loren en 1956 durante el rodaje de "Orgullo y Pasión"


De Sinatra todavía queda mucho por descubrir. Las sombras siguen siendo profundas, alargadas y tan numerosas como los destellos que iluminan su historia. Efectivamente, como si de una película de Fritz Lang o de Orson Welles se tratara, el constante juego de destellos, alternados con momentos de la más irreparable opacidad, dan como resultado un baile inmortal donde, en ocasiones, resulta imposible discernir la realidad de la leyenda. Del material artístico inédito ya ni merece la pena hablar. Recientemente, visionando este documental grabado para CBS en 1965, compruebo que las sesiones de grabación del LP "September of my years", de las que solo habíamos visionado la canción "It was a very good year", pudieron ser filmadas por completo. Pues vemos en el documental una filmación del cantante grabando "The man in the looking glass" otro de los temas del mencionado disco que, precisamente, no figura entre los más conocidos. Si fue filmada la grabación de esta canción, probablemente, exista la sesión de grabación completa, lo que representaría un documento único: Sinatra, en el estudio de grabación. Por no hablar del material desechado de los discos, del que conocemos, probablemente, un tanto por ciento muy reducido. Por ejemplo, en el LP "L.A. is my lady" se prescindió de la canción "Body and soul" que sí fue registrada por Sinatra en el estudio. Recientemente, Frank Sinatra Jr. recuperó la grabación original de su padre (audio y vídeo) y la dotó de nuevo acompañamiento musical. El resultado fue magnífico y al menos, se recuperó este material inédito. El montaje de vídeo no es menos asombroso:
Pero no es casualidad que comencemos este artículo con una fotografía de Sinatra y Ava Gadner en el madrileño local "Chicote" seguida de otra, donde vemos a Sofía Loren acompañada por Perico Vidal en el rodaje de "Orgullo y pasión" El año de las dos fotografías es 1956 Este año es especialmente hoy para nosotros. 1956 es el año en que Perico Vidal y Frank Sinatra se conocieron, trabando una de las amistades más sólidas y cómplices que tuvo el cantante aunque, con el tiempo y posteriormente, diluida hasta quedar en un grato recuerdo para ambos. "Mi amigo Pedro, el hombre que me salvó la vida en España" . Con esta enigmática frase Frank Sinatra introducía a Perico Vidal en su selecto círculo de amistades durante la segunda mitad de los años cincuenta. ¿Y quién fue Perico Vidal?. Probablemente, el mejor asistente de cámara que hubo en España y que, en semejante época dorada, tuvo la suerte de relacionarse con Orson Welles, Ava Gardner, Joseph L. Mankiewicz o David Lean con quien, a través del trabajo, cosechó también una sólida amistad. También fue, entre otras muchas cosas, responsable de que "Atraco perfecto" se proyectara en España y obutviera un éxito rotundo. Antes de continuar resulta necesario y legítimo recordar al profesor y escritorMarcos Ordóñez, máximo responsable de recuperar del olvido a Perico Vidal y autor del más que recomendable libro "Big Time: la gran vida de Perico Vidal" (Libros del asteroide 2014) o Beberse la vida: Ava Gardner en España (Aguilar 2004), otro de los libros cabecera de este humilde blog. Nos referiremos hoy al primero, al menos, en la parte del libro que concierne a Frank Sinatra.

Frank Sinatra junto a un fotógrafo anónimo en la Costa Brava (1956)

Perico Vidal, el cine y un cañón
Perico Vidal comenzó su periplo cinematográfico nada menos que en Cannes, donde acudió para entrevistar a Orson Welles, que ganó el premio del festival con "Otelo". A Welles le debió caer muy bien aquel intrépido periodista español nacido en París porque, probablemente, era capaz de comprender el ingenio del genio; en una palabra, comprendía a Welles y cosa difícil, sabía tratarlo. Tanto es así que el famoso director le propuso trabajar como su assistant para "Mr. Arkadin" que se rodaría en España. Así comenzó en el cine Perico Vidal. Al terminar el rodaje con Welles, otro asistente, José Luis de la Serna, le propuso trabajar en un próximo proyecto que también se rodaría en España: "Orgullo y pasión", dirigida por Stanley Kramer y protagonizada por Sofía Loren, Cary Grant y por supuesto, Frank Sinatra, en el papel de campesino español de horrendo acento convertido en guerrillero. En aquel equipo de rodaje también figuraban otros españoles como Gil Parrondo o Manolo BerenguerVidal temía el encuentro con Sinatra casi tanto como el propio Stanley Kramer, pues le habían contado que era violento y temperamental. Además, en aquella época estaba, digamos, encabronado (que resulta en mi opinión un término adecuado y aunque soez, perfecto, para definir el estado del cantante en aquella época) con Ava Gardner. Cuenta Vidal que las primeras palabras que escuchó de Sinatra fueron: "¿Quién encontró este sitio? ¿Un piloto de helicóptero borracho?", refiriéndose a España. Al cantante y actor italoamericano no le gustaba nada de aquel rodaje. No le gustaba su papel, su atuendo, su flequillo ni su acento, a pesar de haber tomado clases con un guitarrista flamenco español que había conocido en Hollywood. Para colmo, detestaba a Franco, odiaba ver su imagen por todos lados, y  como demócrata convencido, también detestaba la dictadura. Cada carta que enviaba llevaba escrita en el remitente la ya famosa frase "Franco is an asshole" ("Franco es un gilipollas").

Cary Grant, Frank Sinatra y Sofía Loren


La actriz María Gañán, que participó en el rodaje de "Orgullo y pasión", junto a Frank Sinatra. El cantante aquí luce el mítico flequillo de caracterización. María Gañán fue además la creadora de la revista "Garbo" y directora adjunta de "Fotogramas" en su creación.

Primera juerga: Frank Sinatra y Lionel Hampton
Frank Sinatra no llegó con buen pie a España. Lo hizo acompañado por la corista de Las Vegas Peggy Connelly con quien se alojó en el Hilton de Madrid, para dar celos a Ava Gardner que, al enterarse del particular, no quiso ni oír hablar del cantante. Cuenta Perico Vidal en "Big Time..." que conectó al momento con Sinatra. Su cometido era "pasearlo por Madrid", para ver si se relajaba. Una cena y varias copas más tarde, el cantante ya le pidió que le llamara Francis (y esto solo se lo permitía a los amigos de verdad) y le confesó que solo dormía tres horas al día, así que empleaba 21 en disfrutar de la vida. Según Perico, conectaron porque les gustaban las mismas cosas. La pasión por el jazz, el cine, la bebida y la juerga, además, por descontado, de flirtear con toda mujer que se plantara delante. Uno de los relatos más asombrosos e impactantes que cuenta Perico Vidal, está relacionado, precisamente, con la pasión por el jazz. Xavier Cugat, que una noche ofrecía un concierto en el Florida Park, invitó a Frank Sinatra que declinó el convite porque prefería asistir al concierto que Lionel Hampton ofrecía en la sala de cine Carlos III, recital que, por cierto, había organizado Perico. Estamos hablando de ese reducto de la cultura, del refugio de la luz en mitad de la oscuridad, en que se convirtió Madrid en los años cincuenta, como un oasis en plena dictadura. Algo increíble, pero real. El Madrid que se bebió Ava Gardner, ese Madrid de Paco Rabal, Gloria De Haven o Lola Flores, ese Madrid que, por ejemplo, rescata Joaquín Carbonell en su novela "El Artista" (Voces del Mercado 2015) Es Madrid, son los años cincuenta y tenemos a Frank Sinatra asistiendo como público en el cine Carlos III a un concierto de jazz inolvidable ofrecido por Lionel Hampton. Y las palabras de Perico Vidal que recuerdan lo que ocurrió entonces parecen sacadas de un sueño. Sinatra, que se está divirtiendo como un niño, acepta la invitación de Hampton que le propone subir al escenario y acompañar con su voz una de sus canciones. Podría haberse detenido el mundo en Madrid, aquella noche. Frank Sinatra sube al escenario y canta "All of me" acompañado por Lionel Hampton y su orquesta. Después, a puerta cerrada y ya terminado el concierto, continuó la farra hasta las siete de la mañana, con una jam session que protagonizó Hampton con algunos de sus músicos. Sinatra estuvo bebiendo y bebiendo sin parar y hablando de jazz con todos los músicos. Al día siguiente, según Vidal, fue muy complicado hacerle volver al rodaje. Recordemos que Lionel Hampton participará en el LP "L.A. is my lady" de Frank Sinatra, ya en 1984.

Lionel Hampton y Frank Sinatra en los ochenta

La noche del visón blanco

Frank Sinatra y Ava Gardner en 1956. Precisamente Ava luce el visón blanco protagonista accidental de esta historia


Como bien es por todos conocido, la relación Ava/Frank fue una tormenta, un Guadiana que se esconde para volver a aparecer y volverse a ocultar pero nunca deja de estar presente, aunque sea desde retaguardia. Esto ocurrió también durante el rodaje de "Orgullo y pasión". El capítulo que cuenta Perico Vidal es, probablemente, el más transformado y mitificado a lo largo de la leyenda Sinatra. En ocasiones es confundido con otra anécdota en la que el cantante simuló un suicidio por teléfono. Algo que fue real, pero que ni siquiera sucedió en EspañaPero, volviendo a los ríos, cuando el Guadiana suena, agua lleva. Y está claro que en Madrid ocurrió una historia de reconciliación entre la sempiterna pareja, una historia tan romántica que parecía extraída de una de las películas que habitualmente rodaban. La contaremos, según Perico Vidal. Si Perico cambió en algún punto los acontecimientos o fueron adornados por las trampas que nos tiende habitualmente la memoria o, por el contrario, dijo la verdad, es un secreto que se llevó a la tumba. Concluye Marcos Ordóñez en su libro "Big Time:..." que los hechos son reales. Desde este espacio creemos que Ava Gardner y Frank Sinatra, eran presas de una personalidad tan arrolladora y pasional, que confiamos ciegamente en el relato de Perico Vidal. Sinatra despidió de manera rápida a la acompañante virtual que se había buscado para los primeros días en España, Peggy Connelly. Ya avanzado el rodaje, Sinatra residía en El Escorial por indicación de los productores y director de la película. Perico estaba con él. Los hechos se desarrollan una noche en la que Frank está bastante melancólico y gasta su tiempo en el bar del hotel, bebiendo junto a su nuevo amigo español. En el bar todavía resisten los últimos parroquianos, cuatro o cinco insumisos bebedores. En un momento de la madrugada, Frank divisa un piano que hay al fondo de la sala y se sienta, comenzando a tocar unas canciones tristes, saloon songs, como acostumbraba a decir en sus conciertos. Frank levanta la vista del piano para, acto seguido, clavarla en un teléfono. "Pedro, tráeme ese teléfono" -dirigiéndose a Perico-. Efectúa una llamada, conferencia con Madrid. Alguien descuelga el aparato al otro lado. "Hey, honey" susurra Frank. Acto seguido comienza a cantar. Muy suave. Como si hiciera el amor con el teléfono. Según Perico, son dos horas ininterrumpidas de canciones tristes y baladas de amor telefónico. Los últimos resistidores de la noche van abandonando el bar y Perico está embobado viendo ese improvisado concierto en directo, junto al periodista Enrique Herreros. A las dos horas de "serenata telefónica" aparece Ava Gardner en el bar del hotel, como extraída de un sueño, envuelta en un abrigo de visón blanco. Se intuye que bajo el visón no lleva nada más. Frank seguía cantando al teléfono. Ava lo abraza y acto seguido, suben las escaleras, hacia la habitación. "¿Es esto una película o está ocurriendo de verdad?" dijo Enrique Herreros. La reconciliación, aunque intensa, fue breve. 

Con Sinatra en Estados Unidos:
Tras el rodaje de "Orgullo y pasión" la amistad fraguada en España tuvo continuidad. Frank Sinatra invitó a Perico Vidal a su casa de Los Ángeles. "No te preocupes por el dinero" -dijo el cantante-. Un día, al llegar a su casa después del trabajo (era asistente en la película "Action of the Tiger") encontró un telegrama de Sinatra. El cantante adjuntaba un billete para Los Ángeles y una disculpa: tardarían algo en verse pues estaba rodando exteriores para la película "Some came Rinning" ("Como un torrente"). Vidal voló a Los Ángeles y pasó los primero días en casa de Joe Castro y Doris Duke, dos buenos amigos. A los tres días llamó Sinatra para confirmar que tenía unos días libres. El siguiente recuerdo que rescata Perico en "Big Time:..." es un viaje a Las Vegas con Frank Sinatra y Jimmy Van Heusen, uno de los grandes compositores del repertorio de Frank y también, uno de sus amigos más cercanos. Chet (así le llamaba Frank) estuvo en los momentos más bajos del cantante. Perico viajó en el avión privado de Sinatra y al pequeño terceto se sumaron, muy pronto, Jack Benny, Joey Bishop y Johnny Grant. En Las Vegas, Vidal quedó deslumbrado por el Sands y en esta parte del relato, ya presenta a Sinatra como un auténtico jefe que, incluso, se permitía el lujo de asegurar la compañía femenina para todos sus amigos, todas las noches. Le bastaba con chasquear los dedos. Y no hablamos de prostitución. Imaginamos que Las Vegas, en aquella época, parecía inventada para Sinatra y él estaba en su salsa. En otra de sus salidas por Las VegasFrancis le presentó al encargado del Sands, Jack Entratter quien, al momento, contó toda su trayectoria a Perico. Tal confianza y tal complicidad, solo es explicable entendiendo que el dinámico asistente de cámara había llegado a Las Vegas como el amigo de Sinatra. Y no cualquier amigo. "Este es mi amigo Pedro, el hombre que me salvó la vida en España", fue la presentación que hizo de Perico Vidal a Jack Entratter. Más que días fueron noches interminables las que narra Perico, disfrutando con Sinatra en el Sands y de paso, compartiendo mesa con Louis Armstrong, Louis Prima, Rex Stewart o Kelly Smith.  La camaradería que describe con Sinatra y la complicidad que se extrae del relato de Perico transmite la sensación de que, realmente, llegó con el cantante a un gran nivel de amistad, aunque fuera en pocos días. Tal amistad creció de manera exponencial cuando Vidal se negó a traicionar al cantante cuando un periodista sensacionalista le ofreció una cuantiosa suma de dinero por rajar sobre su vida privada. Cuando Perico se lo contó a Sinatra, este montó en cólera pero, al día siguiente, quiso presentarle a  toda su familia.

Frank Sinatra y Jack Entratter. Al fondo, las coristas del salón Copa del Sands.

Frank Sinatra, Jimmy Van Heusen y Peter Lawford

La familia
Tras el suceso con el periodista, Perico Vidal se encuentra cenando en casa de los Sinatra. Perico describe un hogar lleno de amor y aunque Nancy Barbatto y Frank llevaban años divorciados, los más importantes en aquel hogar eran los niños y eso se notaba. Realmente, sus palabra transmiten cariño entre Nancy y Frank. Cenaron algo italiano, spaguetti con albóndigas y contaron historias que pudieran escuchar los niños. Después de la cena y en el viaje de vuelta, Sinatra todavía se abrió más a Perico e incluso le habló de sus padres, de su infancia y de sus problemas. El cantante también le habló de sus fatídicos años (1951-1952) hasta su resurgir en "De aquí a la eternidad". Es interesante la explicación de Perico sobre este regreso, sobretodo, en lo que concierne a los comienzos de la etapa Capitol. Sinatra le confesó los ejercicios que realizaba para ensanchar los pulmones, que consistían en atravesar bajo el agua la piscina de su casa recitando de memoria las letras de las canciones para medir el tiempo y saber cuánto podía aguantar sin respirar. También salía a correr todas las mañanas. Lo único que no hizo fue dejar de fumar sus Camel cortos sin filtro ni dejar de beber Jack Daniel's. Pero aún así, consiguió ser el mejor. Su mayor influencia era Billie Holiday, a quien escuchaba constantemente. Según Perico, él quería cantar como BillieVidal estuvo presente en sesiones de grabación de Capitol. Por la época, creemos que asistiría a las sesiones de "Songs for Swingin' lovers" porque Perico recuerda en el estudio a Nelson Riddle como arreglista. Y destaca la profesionalidad de Frank que daba más indicaciones a los músicos que el propio Riddle. Sin embargo, Vidal reconoce que prefiere los discos con Billy May

Frank Sinatra en el estudio (1956)

Para terminar sus vivencias junto a Sinatra, Perico recuerda una última cena en San Francisco con un senador demócrata anónimo (para él) que años después sería presidente de Estados Unidos. Efectivamente, era JFK.  Y por último una medalla que, de ser real, sería necesario erigir una estatua al bueno de Perico Vidal. En Madrid, durante el rodaje de "Orgullo y Pasión", Perico invitó a Frank a su casa, a escuchar discos de jazz. Pusieron un LP de Count Basie y Perico exclamó: "Frank, este es tu hombre". Años más tarde, grabarían dos discos memorables y sería el músico que acompañaría , con su banda, a Frank en los míticos conciertos de Las Vegas. Aunque bien es cierto, que Sinatra conocía ya hacía tiempo a Basie.

En la fotografía aparece Frank Sinatra junto a Tommy Dorsey, mientras al piano se sienta Count Basie. Es la década de los cuarenta.

Desde este espacio invitamos a conocer la azarosa y gran vida de Perico Vidal a través del más que recomendable libro escrito por Marcos Ordóñez que también nos ha ayudado a comprender y a conocer, en algunas facetas, mucho mejor a nuestro viejo amigo Frank Sinatra. La tendencia a través del tiempo es idealizar los recuerdos. Imagino que, cuando estos recuerdos son junto a estrellas del calibre de Frank Sinatra, Orson Welles o David Lean, como es el caso de Perico, intenta prevalecer el rigor informativo. Sea como fuere, el relato de Perico Vidal en "Big Time: la gran vida de Perico Vidal" y la manera en que Marcos Ordóñez lo traslada al lector, es absolutamente creíble. Creo que Vidal se ciñó rigurosamente a la realidad en todos los relatos. Quizá, desde nuestra actualidad, nos cuesta comprender que esas vidas, esos personajes, pudieran ser auténticos. Eran estrellas brillantes y actuaban como tales y consecuentemente con su manera de ser y de comprender la vida. Estrellas incomparables con cualquier actualidad del siglo XXI, por supuesto. Estrellas irrepetibles que, poco a poco, han ido apagándose, grabando a fuego para siempre su recuerdo, en la galaxia de lo imborrable, como estrellas errantes que marcan el camino a seguir. Ya casi no queda nadie, es cierto. Por eso resulta necesario mantener vivo su recuerdo y rastrear hoy sus historias, en los metros del celuloide que ya no arde o en los surcos del vinilo gastado donde, una y otra vez, resurge la auténtica voz de Sinatra, meciendo el tempo de la existencia. 

Ava Gardner creó su propio cuartel general en su casa de La Moraleja (Madrid). "La Bruja" se llamaba su casa.

Perico Vidal y Orson Welles

Curiosa película con imagen de Frank Sinatra en un concierto del Sands (circa 1960)