Frankenstein, de Mary Shelley

Publicado el 11 agosto 2017 por Belldandy @belldandy_18
La pereza veraniega está siendo horrible y me está costando la vida misma hacer algo mínimamente productivo. Esta reseña, por ejemplo, la podría (debería) haber escrito hace como una semana o más. Así están la cosas...

Frankenstein, o el moderno Prometeo es el gran clásico de terror que me faltaba por leer si consideramos que Drácula y El extraño caso del Dr. Jeckyl y Mr. Hyde forman el Top 3 de éstos. Además, a éste le tenía especial ganas por haber sido escrito por una mujer, saliéndose del registro romántico y/o costumbrista al que estaban relegadas. No sólo eso, se considera que esta obra es la primera novela de ciencia ficción. La historia de la creación de la obra también es fascinante y os recomiendo leerla, por ejemplo aquí.

Argumento

El explorador británico Robert Walton, recién llegado a las inmediaciones del Polo Norte, escribe a su hermana Margaret para informarle de sus avances. En estas cartas le habla de un extraño encuentro con un señor llamado Víctor Frankenstein, oriundo de Ginebra, al que ha rescatado de una muerte segura sobre una placa de hielo. Éste, al ver la obsesión de Robert por cumplir su sueño de llegar al Polo, en una empresa que se presenta suicida a todas luces, se decide a contarle su propia historia para que no cometa sus mismos errores.

Frankenstein nació en una respetada familia y cuando creció se trasladó a Ingolstadt a estudiar filosofía natural, algo que le apasionaba desde que era un niño. Allí destacó con ideas innovadoras y concibió la idea de intentar crear vida a partir de materia orgánica muerta. Su sueño se hizo realidad pero se convirtió en pesadilla en el mismo momento en que el ser se movió.
Reseña
Lo primero que quiero comentar es que por momentos (por muy absurdo que esto sea) pensé que había habido algún problema en la edición y, bajo la portada de Frankenstein, se había publicado otra novela. Sí, lo sé, absurdo, pero es que llegué a la novela sin saber de ella nada más que la vaga idea general del momento del despertar de la criatura que tan referenciado ha sido en películas, series y todo tipo de ficción. Como en las otras obras mencionadas se recurre a usar cartas y relatos de terceros que de primeras no tienen relación con el auténtico protagonista. En este caso tenemos a un aventurero que quiere cumplir su sueño de viajar al Polo Norte antes que nadie y el azar le lleva a rescatar al auténtico protagonista. A partir de ese momento el relato continúa en primera persona por parte de Frankenstein hasta que, al final, se recupera el formato de las cartas que cierran la historia.

Este peculiar inicio me descolocó al principio y tardé en conectar con la obra, la verdad sea dicha, pero pronto llega el momento en que se vuelve imposible de soltar. Y es que estamos ante un clásico maravilloso, mucho más profundo e intenso de lo que de primeras pensaríamos que sería la historia del monstruo que cobra vida.

La novela trata con maestría el dilema de la ciencia sin moral, de cómo la obsesión por conseguir superar los límites de lo establecido trae consecuencias. Pero sobre todo es un relato sobre la humanidad, sobre cómo un ser puro se corrompe y se vuelve destructor por la falta de amor o simple respeto de quienes le rodean. Por su puesto, no falla la reflexión sobre "querer ser Dios" y el paralelismo cristiano con el mito de la creación de Adán, que es trascendental en la trama.

Reflexiones profundas aparte, la obra es la historia de dos personajes, creador y criatura, "padre e hijo", que se odian casi desde el primer momento. Ambos hacen cosas horribles, su actitud con el otro entra en una espiral destructiva que pronto se ve que no puede acabar bien. Y lo sientes por ambos, sobre todo por el monstruo que en realidad nace como un bebé que desconoce todo del mundo que le rodea y, como sólo recibe desprecio, aprende a devolver lo mismo. Pero con todo, es imposible evitar sentir también odio por un ser que hará auténticas atrocidades a inocentes por dañar a su creador de modo que, al final, ninguno está libre de culpas.

Ya digo, es un relato muy profundo y también muy duro y, por momentos, realmente triste, mucho más que la idea de historia terrorífica que tenía asociada a este clásico.

En cuanto a la creación del monstruo y de la componente más de ciencia ficción, la autora sortea detallar nada. Teniendo en cuenta que la historia está siendo contada a Walton, Frankenstein no quiere que nadie sepa cómo llevó a cabo su creación para que no puedan reproducir el milagro. Esto no deja de ser un recurso un tanto vago para no pillarse las manos pues, aparte de hablar de la recolección de partes de cuerpos, no hay más detalles. La idea que tenemos en la mente de que es un rayo lo que le da la vida no está como tal en el texto aunque en un pasaje anterior se había mencionado el efecto de un rayo en un árbol que produjo un fuerte impacto en el protagonista.

En definitiva, una auténtica joya literaria. Tremendamente original en la época de su concepción, es un auténtico imprescindible que os recomiendo que leáis. La novela supera cualquier imagen generada con posterioridad. Eso sí, no esperéis una obra de ciencia ficción con los estándares actuales pues esto es obviado en favor de una carga reflexiva y dramática mucho más profunda e interesante. Frankenstein y su criatura son dos personajes auténticamente humanos, para bien y para mal.