Franklin se basó en el escalofriante pasaje que advierte: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”. (Apocalipsis 21:7-8).
“Los cristianos no pueden ignorar partes de la Palabra de Dios solo porque son impopulares o causan división. Nuestra comisión es la de anunciar a Cristo y todo lo que Él representa. No podemos proclamar con sinceridad la verdad del amor de Dios sin tener en cuenta que Dios odia el pecado.
Su amor se derrama para la humanidad que está esclavitud. En su inmerecida gracia, se encuentra el don de la salvación. Por esta razón, todo el Evangelio debe ser predicado, como lo demuestra el apóstol Pablo”.
El evangelista citó el pasaje: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Rom. 1:16).
“Los seguidores de Jesucristo, y principalmente los pastores y líderes de iglesias, tienen la responsabilidad de decir la verdad de las Escritura, llamar al pecado lo que es, y reconocer que siempre ha reinado en el corazón de la raza humana. No se trata sólo de un debate sobre el aborto o la homosexualidad; todo pecado es inmoral y toda inmoralidad es mala. En Estados Unidos hoy estamos viviendo una sequía épica. No es sólo el malentendido básico de la Palabra de Dios; es la ausencia de la palabra completa de Dios”.
“Los cristianos están llamados a rechazar la aceptación del pecado en todas sus formas, no porque seamos personas perfectas, sino como un testimonio de la transformación que Dios produce en una vida entregada a Él, lavados y purificados por la sangre de Cristo y revestidos de su justicia.
Debemos ser personas resistentes a las críticas o cualquier forma de persecución. Si no exhibimos valentía y no nos mantenemos piadosamente firmes en la fe, no podemos superar el espíritu seductor de Satanás que se apodera del mundo”.
Si nosotros, como pueblo de Dios nos negamos a hablar contra el pecado para no incomodar a los demás somos cobardes. Estamos llamados a hacer sonar la alarma, advirtiéndoles que Dios exige la obediencia a su ley perfecta, la cual está diseñada para el bien de la raza humana. La definición de un cobarde, es uno que se niega a hacer lo correcto por miedo a las consecuencias”.
“Somos soldados en el ejército de Dios, y no debemos tener miedo a ser etiquetados como homofóbicos o jueces. La gente hace juicios todos los días. Los cristianos tienen una sola norma en la cual basar sus juicios y es en la Biblia. Sin su instrucción y autoridad, no es posible que podamos saber cómo vivir, por lo que se nos dice “juzgar con justo juicio” (Juan 7:24)”.“¿Cómo podemos temer el rechazo del mundo cuando Jesús dio todo por nosotros? Pero aun así Él extiende su salvación para todos los que quieran venir a él. Él es el que nos da el poder para mantenernos firmes en medio de la persecución de lo que el mundo no se afirma. Él nos da el poder para vencer el pecado”.
Traducido y adaptado por NoticiaCristiana.com