Franz Ferdinand, el grupo escocés, tiene la gran virtud de no hacer ni discos cansinos, ni trabajos en los que haya paja sobrante, van directos al grano, sacan lo mejor de si, y si dura media hora, pues es una media hora gloriosa, desde el principio al final. Eso pasó con su último álbum de 2013, Right Thoughts, Right words, Right Action, en el que iban directamente al asunto, sin rodeos, explotando sus muchas virtudes, con singles demoledores y temas a medio tiempo maravillosos, aunque el público se quedase a primeras sorprendidos por la corta duración del artefacto, después de cuatro años de silencio. Yo soy de los que piensa, que mejor algo corto y muy bueno, que largo, tedioso y de baja calidad.
Franz Ferdinand, el grupo escocés, tiene la gran virtud de no hacer ni discos cansinos, ni trabajos en los que haya paja sobrante, van directos al grano, sacan lo mejor de si, y si dura media hora, pues es una media hora gloriosa, desde el principio al final. Eso pasó con su último álbum de 2013, Right Thoughts, Right words, Right Action, en el que iban directamente al asunto, sin rodeos, explotando sus muchas virtudes, con singles demoledores y temas a medio tiempo maravillosos, aunque el público se quedase a primeras sorprendidos por la corta duración del artefacto, después de cuatro años de silencio. Yo soy de los que piensa, que mejor algo corto y muy bueno, que largo, tedioso y de baja calidad.