Siempre, nunca, palabras absolutas que no podemos comprender siendo como somos, pequeñas criaturas atrapadas en nuestro pequeño tiempo.
El verdadero dolor es indecible. Si puedes hablar de lo que te acongoja, estás de suerte: eso significa que no es tan importante. Porque cuando el dolor cae sobre ti sin paliativos, lo primero que te arranca es la palabra.
La ridícula idea de no volver a verte (Rosa Montero)