Hace no mucho leí el libro Frases célebres de niños, un libro del programa de Cuatro de El Hormigero, de Pablo Motos, en el que se detallan frases escuchadas a niños. Prácticamente todas (y son muchas) son buenas. Sólo detallo algunas.
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Alejandro (5 años) todos los días le quitaba dinero a su padre de la cartera. Un día, el padre le pilló y le preguntó: “¿Qué haces? ¿Me estás robando?”. Alejandro respondió: “No lo estoy robando, me lo estoy encontrando”.
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Un día Charlie (7 años) dijo: “Las ovejas dan lana, las vacas dan leche y los cerdos dan mierda que son los chorizos”.
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María (6 años) iba por la calle con sus padres. Cuando iban a cruzar por el paso de peatones, el guarda de tráfico les mandó pasar después del toque del silbato y María dijo: “Qué majo el árbitro que nos deja pasar”.
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Pablo (4 años) llegó de clase un día, y muy contento le dijo a su madre: “Mamá, que se cómo llaman a los cataplines. Me lo han dicho en el colegio: Se llaman tentáculos”.
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Un día Juana (5 años) intentaba ponerse las zapatillas sola, y le preguntó su madre: “¿Ésta en qué pie va?”. La madre contestó: “En éste”. Y la niña dijo: “Vale, el otro no me lo digas”.
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Carlos (6 años) estaba en una cafetería con sus padres. Se acercó un señor mayor que conocían y le dijo a Carlos: “Qué majete es éste Carlos. Cuando te cases me tienes que invitar a la boda”. Carlos se quedó mirando fijamente y le dijo: “Eso no va a poder ser”. El hombre le preguntó: “¿Por qué?”. Y Carlos respondió: “Porque tú vas a estar muerto”.
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Paula (4 años) fue con su madre a la peluquería, donde todo el mundo le hacía carantoñas. La peluquera le preguntó: “¿Cuándo cumpliste los 4 años?”. La niña seria le respondió: “Cuando se me acabaron los 3”.
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Cuando nació su hermana Sara, una amiga de Roberto (4 años) fue a visitarla al hospital, y él la dijo: “Ven mira, puedes tocarla, que no muerde”.
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En casa de unos amigos de sus padres siempre tienen gominolas. Cuando van a verlos, su madre siempre le insiste: “Está muy feo eso de pedir, tienes que esperar a que te las ofrezcan”. Así que Teo (3 años), un día al llegar a casa de sus amigos, preguntó: “¿Me ofrecéis unas gominolas?”.
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Un día hablando de su profesora Carmen, Martina (4 años) dijo: “Carmen es tan buena, es tan buena… como una patata frita”.
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Su madre le preguntó: “Carlos, para la comunión, ¿qué prefieres vestirte normal o de marinerito?”. Y Carlos (5 años) contestó: “¿Y no puedo vestirme de Batman?”.
* Os dejo el prólogo del libro y las primeras páginas del mismo.