Frases cotidianas que sí importan

Publicado el 22 marzo 2024 por ArÍstides

DONDE CRISTO PERDIÓ LA CHANCLA frase cotidiana.

Sé que es cultural y que no muestan lo que representan. En realidad, constituyen formas de amabilidad un tanto hiperbólicas, cuyo fin es el de agradar; lo sé, pero molestan. La tendera me dice "¿qué te pongo, mi amor?". Ya me he acostumbrado, pero la frase da para dudar sobre cuánto amor me proporciona y a qué precio lo pago, en fin. La frutera me saluda con una amplia sonrisa y me suelta: "Hola, cari". Pues no lo sé, ignoro desde cuándo esa señora es mi cariño, ni cómo nos lo montamos para demostrárnoslo.

Son frases de cortesía que además son intrascendentes, pero que transmiten una carga sexual innecesaria, que marcan tendencia. De la misma forma, es muy común dar la mano a los varones y estampar un par de besos a las féminas. En alguna ocasión he hecho notar que el menda estrecha la mano y que no desea hacer distinción por sexos, a lo que se le ha contestado que "no importa, es que yo soy muy besucona". Pues ya está, se fastidió el argumento y a correr, que llueve.

Hay frases maravillosas que tratan de evitar una mala noticia dando rodeos sin decir nada. Así, cuando una persona trata de romper una relación suelta el "te quiero como amigo". Pues ya está, listo. También se puede despachar con "no eres tú, soy yo" o aquella de "no estoy enfadada". Son muletillas que expresan lo contrario de lo que realmente decimos, pero que nos van fetén para no hacer daño al prójimo. Se trata de ser sinceros evitando un ataque directo y mostrando un poco de afecto.

A los gordos se los llama "curvis" o se les dice que son de "constitución grande", pero ello no evita que se sea. "Un ronda más y para casa" es una forma de decir que estamos muy perjudicados y que ya vale. Hay frases manidas que son para correr y no mirar para atrás, como aquella de "tenemos que hablar". Otra que se las trae es cuando alguien te dice: "póngase en lo peor" así, sin más: frase directa y que no tiene equívocos. Para sudar y ponerse a temblar es que "has hecho un trabajo digno"; vamos, que es una mierda pinchada en un palo.

Muy típica es aquella de "me he puesto lo primero que he pillado". Pues bien, todos sabemos que no es cierto y que lo que realmente se quiere decir es que se ha probado un montón de ropa y que al final ha optado por la más adecuada. Otra que demuestra que nos hacemos los interesantes y que estamos ocupados en cosas transcendentales es cuando hacemos notar "que no vemos la tele", pero la tenemos. Fin.