¿EL FÚTBOL ES EL QUIDDITCH DE LOS NOMAGOS?
-¿Es británico?
-Sí.
-¿Primera vez en Nueva York?
-Sí.
-¿Tiene algo comestible?
-No.
Bienvenido a Nueva York.
Esta gran ciudad brilla con las joyas de los inventos del hombre. Salas de cine, automóviles, artículos inalámbricos, luces eléctricas. Todo nos encanta. Pero dónde hay luz, hay oscuridad, amigos.
-¿Es un buscador? ¿Un buscador de la verdad?
-Más bien soy un cazador.
Señor Kowalski... ¿qué le ofrece al banco como garantía?
-¿Qué lleva en la maleta?
-Mi escarbato.
-¿Por qué lo soltó?
-No quise hacerlo. Es incorregible. Le atraen las cosas brillantes.
¿Tiene permiso para varitas?
-Escribo un libro sobre criaturas mágicas.
-¿Una guía de exterminio?
-No. Una guía que explique a la gente por qué hay que conservar a estas criaturas.
La bruja número uno se ahoga en el río.
La bruja número dos, a la horca.
La bruja número tres la veremos arder.
La bruja número cuatro recibirá latigazos.
-La mordedura de un murtlap no es grave. Pero admito que esa reacción es más grave que las que he visto. Aunque de ser grave, él habría...
-¿Qué?
-El primer síntoma son llamas en el ano.
-Señor Scamander, ¿sabe algo sobre la comunidad de magos en Estados Unidos?
-De hecho, sé algunas cosas. Sé que tienen leyes retrógradas sobre las relaciones con los nomagos. Que no deben entablar amistad. Tampoco casarse con ellos... algo absurdo.
Lo que queremos es mucho más valioso que el dinero: su influencia.
Aquí tienes, fenómeno. ¿Por qué no lo arrojas a la basura adonde pertenecen ustedes?
Qué mal. No le dieron el dinero para su panadería. ¿Sabes hornear, cariño? A mí me encanta cocinar.
-¿Es una legeremente?
-Sí. Pero siempre se me complica con ustedes los británicos. Es por el acento.
-¿Puede leer la mente?
-No te preocupes, cariño. La mayoría piensa lo mismo la primera vez que me ven.
Mamá y papá murieron de viruela de dragón cuando éramos niñas.
¿Quieres dejar de leerme la mente un momento? No me malinterpretes: me encanta.
-No estoy coqueteando.
-Sólo digo que no te encariñes. Tendrá que ser desmemorizado. No es nada personal.
-Newt... no creo que esté soñando.
-¿Cómo se dio cuenta?
-No tengo la inteligencia para crear esto.
-Están en terreno desconocido rodeados de millones de las criaturas más crueles del mundo.
-Los humanos.
-¿Consiguió el préstamo?
-No. No tengo nada como garantía. Parece que estuve en el ejército demasiado tiempo.
-¿Peleó en la guerra?
-Claro que peleé en la guerra. Como todos. ¿Tú no peleaste en la guerra?
-Trabajé con dragones, más que nada.
¡Pero les preparamos chocolate!
-¿Alguna vez alguien te creyó cuando le dijiste que no te preocuparas?
-En mi opinión, preocuparse duplica el sufrimiento.
Se ha pasado de la raya, Señor Scamander. No hay ningún obscurial en Estados Unidos.
-Lo expulsaron de Mogwen por poner en riesgo a las personas.
-Fue un accidente.
-Con un animal. Pero un maestro se opuso a su expulsión. Dígame... ¿por qué motivo Albus Dumbledore le tiene tanto aprecio?
-No sabría decirlo.
-Entonces ¿es inútil sin el huésped?
-¿Inútil? ¿Inútil? Es una fuerza mágica parasitaria que mató a una niña. ¿Para qué sería útil?
-El problema es que es invisible.
-¿Invisible?
-Sí. Casi siempre. Él...
-¿Cómo atrapa algo...?
-Con mucha dificultad.
Cuando su amor lo abandonó.
El unicornio perdió el cuerno.
-¿Tiene una maleta llena de monstruos?
-Las noticias vuelan.
Su visión se basa en probabilidades... así predice el futuro inmediato más probable.
Es mi culpa. Creí que los tenía a todos. Pero debo haber contado mal.
Los occamies son coranaptíxicos. Pueden crecer de acuerdo al lugar disponible.
¡Necesitamos una cucaracha! ¡Cualquier cucaracha y una tetera!
-Por favor, no me leas la mente. Te pedí que no lo hicieras.
-Ya lo sé. Lo lamento. No puedo evitarlo. Es fácil leer a alguien cuando está angustiado.
Ella era demandante. Necesitas a alguien generoso.
-Puedes controlarlo... Credence.
-Creo que no quiero hacerlo, Señor Graves.
Tú dijiste que era uno de ustedes, ¿verdad?
-Infringió una de las leyes más sagradas.
-Una ley que nos obliga a vivir escondidos como ratas. Una ley que nos exige esconder nuestra verdadera naturaleza. Una ley que obliga a sus súbditos a tener siempre miedo a ser descubiertos. Le pregunto, señora Presidenta, les pregunto a todos... ¿a quién protege esta ley? ¿A nosotros? ¿O a ellos?
¿Podremos morir un poco?
-Todos sabemos que Newt dejó que me quede porque... ¿por qué dejaste que me quedara, Newt?
-Porque me agradas. Porque eres mi amigo.
Sólo hay uno como tú.
-Jacob... Está bien. Está bien.
-Será como despertar, ¿verdad?
No sé bien qué le gusta a Leta en la actualidad. Porque la gente cambia. Sí. Yo he cambiado. Eso creo. Tal vez un poco.
Mañana, las mejores frases de “Doctor Strange”.