Hay como mil calles en la ciudad. Si me das el lugar y el momento, te daré una oportunidad de cinco minutos. Sin importar lo que pase en esos cinco minutos soy tuyo. Pase lo que pase. Todo pasa el minuto que lo decida y estás por tu cuenta. ¿Comprendes?
-¿A qué te dedicas?
-Conduzco.
-¿Algo así como chofer de limusinas?
-No, para películas.
-¿Cómo los que hacen las persecuciones con los autos?
-Sí.
-¿No es peligroso?
-Es sólo un trabajo de medio tiempo.
-¿Cómo puedes estar tan seguro? ¿Qué tienes tú que los corredores profesionales no?
-Tengo al conductor.
Hace cinco o seis años llegó aquí. Apareció de la nada pidiendo empleo. Así que lo puse a prueba para ver qué podía hacer. El chico es sorprendente. Así que lo contraté enseguida. Por la mitad del salario normal y ni siquiera parpadeó.
-¿Es el tipo malo?
-Si.
-¿Cómo puedes saberlo?
-Porque es un tiburón.
-¿No hay tiburones buenos?
-No. Solo míralo. ¿Te parece un buen tipo?
Acabas de hacer que maten al padre de un pequeño. Y casi haces que nos maten. Ahora me mientes. Así que, ¿que te parece esto?... a partir de ahora, cada palabra que salga de tu boca será verdad. O te lastimaré.
-¿De quién es el dinero que tengo?
-No te preocupes, van a venir por él.
¿Cómo haces para cagarla siempre? ¿Cómo la cagas siempre? Vendrán por mi y después vendrán por ti.
Ya te dí mi consejo. Debiste tomar el dinero y dejar al chico en paz.
-Así que le robaste a la mafia de la Costa Este.
-No. Se lo robe a un maldito drogadicto.
El dinero siempre llega fácil. Lo sabes.
Ahora es tu turno de limpiar después de mí.
-Busco a tu conductor.
-Si entraste aquí supongo que son malas noticias.
-No, Shannon. Es mala suerte. Dos mil robos al año en esta ciudad y tenía que tomar el equivocado.
-Trató de hacer lo correcto.
-Bueno también eligió mal.
Me estaba emocionando por todo esto. Mi nombre en un auto. ¡Digo... mira qué hermoso! Quería ver mi nombre en esta cosa. Creo que hubiéramos ido lejos con este negocio.
Está hecho. No hay dolor. Se acabó.
Ésto es lo que estoy preparado a ofrecer: me das el dinero y la chica estará a salvo. Estará fuera... nadie sabrá de ella... estará fuera del mapa. No puedo ofrecerte lo mismo. Así que ésto es lo que sugiero: concluimos nuestro trato, nos estrechamos las manos y comienzas el resto de tu vida. Cualquier sueño, planes o esperanzas que tengas para tu futuro van a tener que esperar. Por el resto de tu vida vas a mirar por encima de tu hombro. Te digo esto porque quiero que sepas la verdad. Pero la chica estará a salvo. ¿Dónde está el dinero ahora?