Me gusta esta cita porque me parece un recordatorio necesario. Especialmente en los malos momentos, hay que recordar que ahí fuera sigue habiendo cosas buenas. No importa lo tristes o deprimidos que estemos: es precisamente en esos momentos en los que no hay que olvidar lo positivo que hay en la vida. No tenemos que dejar que los nubarrones empañen nuestros pensamientos: el sol volverá a salir. Y hay que agarrarse a esa esperanza para seguir adelante.
¿Parece que todas las fatalidades te ocurren a ti? ¿Que no dejas de fracasar una y otra vez? Es simplemente una apariencia. Ahí fuera hay gente que ríe y se lo pasa bien, ¿por qué no tendrías que poder ser uno de ellos? Los malos tiempos pasarán, seguro.
Precisamente sobre todo esto trata el libro de El lado bueno de las cosas, Matthew Quick. Un libro de personajes, de cómo evolucionan y se relacionan entre sí, de un amor obsesivo, enfermedades mentales y un protagonista al que le falta un tornillo. Un libro que nos muestra cómo el protagonista evoluciona, se deshace de las nubes y llega a encontrar un motivo por el que levantarse cada día. Y sin ser un libro de autoayuda, os lo digo ya.
Poco más tengo que añadir ya veis que en este caso la reflexión no es muy profunda porque es bastante directa, pero quiero dejar constancia de ella, especialmente en estos tiempos en los que estamos. ¡Muchos ánimos!