Hoy os traigo una curiosidad. La cita pertenece al libro Seré frágil, de Beatriz Esteban, pero si tenéis el libro en casa o lo compráis, es posible que no la encontréis con esas palabras exactas (espero que la autora no lo haya suprimido, pues me gustó mucho). Cuando yo leí el libro, estaba autopublicado, y poco después de publicar la reseña, la autora me comentó que lo consideraba más un borrador y que próximamente iba a reescribir algunas partes y publicarlo bajo el sello Planeta. La obra tenía sus fallos, pero ya me gustó en su momento, por lo que tengo pendiente hacerme con la nueva edición en papel y releerlo en algún momento. Por si sentís curiosidad, aquí podéis leer mi reseña.Estoy totalmente de acuerdo con el fragmento. La belleza no está en características físicas concretas del cuerpo, sino en esos breves instantes que el otro te regala. Podemos sentirnos atraídos por los ojos azules de una persona, por sus músculos o por lo morena que tiene la piel, pero lo que de verdad hace que nos enamoremos, que podamos considerar a alguien "preciosa" o "precioso" son los detalles. Su risa estridente y descontrolada, la mueca cuando intenta evitar estallar en carcajadas, la mirada lujuriosa, la forma que tiene de ojillar (sonreír con los ojos) cuando te ve o la forma despreocupada de estirarse por las mañanas. Hay que aprender a valorar más las pequeñas cosas.La novela habla sobre la anorexia en los adolescentes, y teniendo eso en cuenta, el fragmento que os traigo es incluso mas potente. La gente que sufre esa enfermedad tiene una visión muy distorsionada de su aspecto físico y luchan constantemente por cambiar su cuerpo, con la esperanza de que eso los haga sentir mejor. No importa lo que diga la báscula (los números siempre pueden bajar) ni los demás (seguro que mienten y se burlan en secreto de ti); nunca se ven bien. Por eso me parece tan bonita esta declaración. Y hasta aquí la entrada de hoy. ¿Os ha gustado el fragmento? ¿Podéis compartir algún detalle que para vosotros haga que una persona sea "preciosa"?