Frases para cambiar el mundo

Publicado el 11 noviembre 2014 por Miguel D @mgdean78
Abracadabra, Ábrete Sésamo… Cuando era pequeño creía que determinadas palabras tenían magia en sí mismas, el poder de obrar prodigios. Sólo había que descubrirlas, y después, pronunciarlas de la manera adecuada y cualquier cosa podría ocurrir. Nunca olvidaré La bruja novata, (una de mis pelis favoritas de niño y que aún hoy cuando la veo me hace disfrutar como un enano); cuando pronuncian la fórmula de la locomoción sustitutiva y ponen en marcha un ejército de armaduras medievales contra los invasores nazis…

¡¡Treguna, Mecoides, Trecorum, Satisdi!!

Cuando crecemos perdemos esa convicción de que existen palabras que lo pueden todo. Perdemos nuestra inmortalidad, mientras la distancia que separa nuestra imaginación de la realidad se agranda. De tanto escucharlas y pronunciarlas, palabras que antes nos fascinaban como "mar", "tierra" o "universo" pierden ese halo infinito que invocaban en nuestra mente.
Pero quien tuvo, retuvo, y uno sigue creyendo en el fondo que las palabras poseen algo de poder, no obstante rompen el silencio y nombran con su eco algo que antes no existía. Encienden la oscuridad y, puestas juntas unas sobre otras, son capaces de construir las más altas e imponentes catedrales. 
Pero no voy a hablar hoy del poder de las palabras-ladrillo, palabras-argamasa que facilitan la comunicación y permiten que cada día el mundo se mire al espejo y se reconozca.  No: hoy voy a volver al poder mágico de las palabras, de ciertas frases que, como invocaciones poderosas, parecen por sí mismas capaces de cambiar el mundo, o, por lo menos de replantearlo, haciendo que ciertas puertas se abran. Frases cuyo tamaño minúsculo se ve desbordado por la fuerza de su mensaje (menos es más); paradojas que contienen la clave de un posible cambio de visión, memes que dentro de sí mismos portan la raíz de un cambio cultural, de una revolución en potencia.
“Seamos realistas, pidamos lo imposible”
París, 10 de mayo de 1968, el viejo mundo y el nuevo. Lo que empezó como una protesta de unos estudiantes en la facultad de Nanterre pronto se va convirtiendo en una revolución que contó con otros sectores de la sociedad y que puso en jaque al poderoso gobierno de Charles De Gaulle en la República Francesa.  Inspirados en una ola de rebeldía y de subversión, multitud de ciudades en todo el mundo intentaron reinvertar un estado de cosas que se había quedado de pronto obsoleto. Durante aquellos días, los jóvenes sublevados probaron un mundo nuevo, una nueva forma de plantear la sociedad, las relaciones, la autoridad, etc. Muchos dicen que la revolución fracasó porque no hubieron cambios políticos a corto plazo, pero creo que no fue esa la intención: fue una revolución cultural, un grito en el que lo nuevo tomó su puesto frente a lo viejo, a lo oxidado, a lo que ya no servía.

Siempre me ha intrigado esta frase. Hay algo en ella que no llego a desvelar. Esa aparente contradicción entre los términos podría parecer irónica, incluso cínica. Pero sé que hay algo más allá, algo que me lleva más lejos de lo que pienso, como el sonido de una música lejana que no llego a alcanzar pero que marca un camino por el que se puede marchar, un camino más allá del horizonte, un destino al que no se llega quizás nunca, pero al que merece la pena encaminarse, cueste lo que cueste.
“El todo es más que la suma de sus partes”

El principio general del holismo fue resumido de forma concisa por Aristóteles en sus escritos sobre metafísica: “el todo es mayor que la suma de sus partes”. Este concepto se puede definir como el tratamiento de un tema o de un problema de tal forma que se consideren todos sus componentes, incluyendo sus relaciones invisibles pero igualmente evidentes o existentes. Esta aproximación se puede usar como una tercera vía o un nuevo enfoque ante un determinado problema o cuestión.
También relacionamos este axioma con la escuela psicológica de la Gestalt que demostró que cuanto percibimos está en relación de la figura en la que nos concentramos, que a su vez es parte de un fondo más amplio, donde hay otras formas, o sea, todo lo percibido es mucho más que la información llegada a los sentidos.
Si queremos llegar a entender lo que vemos, no nos podemos quedar con los elementos aislados.
"El mapa no es el territorio"

Esta frase se atribuye originalmente a Alfred Korzybsky, quien en su teoría de la Semántica General argumentó que los seres humanos están limitados en su conocimiento del mundo por la estructura de su sistema nervioso e incluso de sus lenguas. No podemos experimentar el mundo directamente, ya que no somos una cámara fotográfica que registra de forma neutra lo que ve. Lo vemos todo tamizado por nuestras abstracciones mentales, nuestras creencias, nuestro estado de ánimo, etc.
Desconfiar de lo que vemos no significa caer en el relativismo o el nihilismo, sino ser conscientes de que si queremos ir más allá, deberemos mirar más lejos, o mirar con otros sentidos, no solo con el de la vista. Y también desconfiar de cualquier mapa del mundo que se presente como único e infalible.
"No somos antisistema, el sistema es antinosotros"

"Dormíamos, despertamos", placa colocada por los integrantes del 15M a los pies de la estatua de Carlos III en Sol

El 18 de mayo de 2011 miles de personas se congregaban en la Puerta del Sol de Madrid (y en otras 52 plazas del país) desafiando la prohibición de la Junta Electoral Provincial. La plaza volvía a llenarse tres días después de que gente de todas las edades y espectros políticos descubriera que estaba harta, pero más importante aún, que no estaba sola.  De todos los lemas y consignas que se corearon aquellos días he elegido éste, porque más allá de lo simple que pueda parecer esconde en mi opinión la raíz y el significado de lo que el movimiento supuso y supone. 
Una inversión de los términos pone en marcha la revolución: si los que dicen representarnos son los antisistema porque se aprovechan de él para su beneficio… ¿Quién representa el sistema? Nosotros. Luego pasamos de víctimas propiciatorias a autores de nuestro futuro. Nosotros somos el sistema, así pues nosotros podemos cambiarlo si nos lo proponemos, porque su fuerza emana de nosotros y no al revés.
"Imagina…"

"Imagine" es una canción de John Lennon, publicada originalmente en el álbum de 1971 del mismo nombre. Es una canción, vale. Pero veamos lo que dice:
"Imagina que no hay paraíso, es fácil si lo intentas,
Ningún infierno debajo de nosotros, arriba de nosotros, solamente cielo,
Imagina a toda la gente viviendo al día...
Imagina que no hay países, no es difícil hacerlo,
Nada por lo que matar o morir,
ni religiones tampoco,
Imagina a toda la gente viviendo su pida en paz..."
Imaginar es quizás el verbo más poderoso que existe en el diccionario, porque si lo piensas, cualquier proyecto que emprendemos empieza con un bosquejo en nuestra mente. Fíjate que Lennon dice “imagina” y no “crea” “lucha” o “destruye”. Tampoco dice “sueña” ni “ilusiónate”. Está diciendo: “hazlo posible en tu mente y podrá ser posible en la realidad”. Como decía Julio Verne, quien sabía bastante de sueños hechos realidad: “todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad”. Así, ser capaz de imaginar otro mundo es la única forma de conseguirlo.
¿Y vosotros qué pensáis? ¿Tenéis alguna frase que os parezca poderosa?