La fraternité est une essence plus rare,qui se consomme sur ordonnance, diluée et prises espacées avec la solidarité de l´Etatd providence, euphories, ou alors, au compte-gouttes en tête-à-tête sous l´étiquette amitié. Régis Drebray (Le Moment Fratrenité)
En dicha reflexión hay una cierta mística con respecto a la masonería como referente absoluto del FRATERNITAS, lo cual se acepta pero que se contrapone con una aseveración que expone un poco más adelante de que le Masonería no es una Escuela de Formación del Ciudadano, tal y como se explica en este retazo: el objeto de la Masonería tampoco tiene una relación directa con esa serie de letanías que solemos añadirle, y con las que intentamos justificar el sentido y la vigencia de la misma en este siglo XXI: “un lugar de encuentro para los hombres que buscan afanosamente la libertad y la justicia”, “escuela de formación del ciudadano”, “escuela filosófica”, “instituto de perfeccionamiento ético al servicio del hombre”, “escuela de democracia y progreso”, (Ricardo Ricart) Está claro que detrás de esta reflexión se esconde una visión y una concepción masónica muy determinada, que opino se enraíza en los Antiguos Deberes, en los viejos trabajos canteriles con una seudovisión mitificada, cuya filosofía se plasma en el discurso de Ramsay y sus concepciones caballerescas, y que en clave de masonica debe más a la esencia de los “Antiguos” y a su plasmación en la concepción de las “Grandes Logias Regulares”, que a una visión más moderna de la masonería especulativa continental, que está más en la honda de la sociabilidad masónica que en los juegos de rol caballerescos y cristianizantes. Esta idea que expone el Hermano Ricardo Ricart de la masonería como ente nucleador del FRATERNITAS, parece que no dejar hueco a que haya otras tendencia distintas de cómo entender la masonería, y menos en planos de igualdad, ya que esa concepción así expuesta (aunque en otros párrafos del texto no es el Hermano tan categórico y deja abiertas las puertas para otras concepciones) aunque lo que me interesa traer aquí es esa afirmación tan rotunda sobre letanías u justificaciones, (que ya he oído otras veces) lo cual en parte se opone a la idea de una masonería reformadora y regeneracionista, en la cual se volcaron muchos Hermanos y logias jugando un rol a veces decisivo a la hora de reformar la sociedad y la gobernanza del momento y proyectando esa preocupación a las épocas futuras. Intentaré mediante este post demostrar con independencia de las vías masónicas que se han originado a partir del desencuentro entre “Antiguos y Modernos” a lo cual ya he dedicado bastante espacio con trabajos Hermandad y Fraternidad de cómo una gran parte de la facción masónica, sobre todo la continental de finales del siglo XVIII y del XIX, ha tendido más a la acción regeneracionista y reformadora, combatiendo en muchas ocasiones los aposturamientos esoteristas más bien imbricados en los sistemas doctrinales religiosos instalados, y en el mensaje ritualistico del “yoísmo” y los “crecimientos personales” y la caridad como modelos de expresión interna y externa, y cuyos divergentes cimientos, hoy en día, representan dos concepciones tan singulares como la “Masonería Liberal” y la “Masonería Regular”. La masonería del XVII, si ser vitalmente regeneracionista, sí que puso las bases teóricas para el desarrollo de esa “sociabilidad como escuela de formación, más allá de las posibles reuniones báquicas y hasta monótonas que se dieron en toda esa época y que además estaban sujetas a una cuestión clave, en todo esta organización y desarrollo como era el tema de la “deidad”.
Pasado el tiempo “muchos filósofos asociados al mundo de la masonería del Siglo XVIII ponderaron las contradicciones en la forma en que se vivía la ilustración y su más altos ideales”. (M. JACOB 2010). A este respecto habrá que apuntar en su defensa [de la masonería] que vivieron en la Ilustración, pero no eran parte de una era ilustrada. Esos cimientos de sociabilidad tal vez no estén tan claros en las Constituciones, llamadas de Anderson, ya que Anderson, en la parte que le correspondió, estaba pensando en el enraizamiento en los Antiguos Deberes que luego trabajaría Dermott, que coloca un acento muy intenso en la FRATERNIDAD, aunque luego haya todo un desarrollo legislativo que permitirá dar un vuelco al planteamiento inicial de Anderson permitiendo por medio del desarrollo legislativo un panorama más societario de la propia masonería lo cual propiciará el desarrollo a los largo de las siguientes épocas de una masonería de sociabilidad.Por otro lado, cuando confrontamos los pre-rituales de Rito Moderno, en principio vemos que hay además de esa deseada Fraternidad, los objetivos masónicos van poco a poco un paso más allá, y nos muestra una concepción de escuela, como así nos lo relata el Luquet (1745) Sentido de FM “Practicar de la virtud y vencer los vicios. Principios de la FM: Escuela de buenas costumbres y de la virtud; lo cual se reafirma en el Sceau Rompu (1745) “Aportar a los hombres su igualdad primitiva, ya que todo masón es un gentilhombre; y buscar una vida en perfecta igualdad hasta conseguir una fraternidad universal , si es cierto que el Gages( 1763) incide en el tema de la Fraternitas: hacer a los hombres virtuosos y unirlos por una profunda amistad” lo cual remarca el Berné (1740) pero vemos que siempre está presente la Escuela para trabajar sobre una Humanidad más esclarecida.Lo cual el Régulateur, dentro del Rito Moderno o Francés, va a resumir los objetivos en trabajar por el Estímulo y práctica de la virtud ético-moral , de este modo vemos cómo se va modulando el mensaje de una “escuela de la virtud y formación” que va cambiando al integrarse en la masonería la visión más radical de La Ilustración, que en parte fue quien moduló los conceptos de la masonería como Escuela del Ciudadano, en parte debido a que se estaba produciendo la muerte del GADU, o en todo caso en su más que notable “ausencia en las logias simbólicas” [Estoy hablando de las Obediencias y Logias liberales]Pasando de este modo a un primer plano las entidades que estaban “en este mundo” o sea las entidades civiles, y por esencia también el “hombre masón y sus preocupaciones”, desde esta perspectiva tan distinta, se planteó a la masonería y a sus miembros como formuladores y posible regeneradores una ideología social “que evidentemente incluía los vínculos de Hermandad y Fraternidad, pero también de Igualdad, conformando el objetivo primordial el ser “Escuela de Virtud”.Ha de tenerse en cuenta que con la estructuración de las Obediencias se incardina también un cambio social importante en el seno de estas, ya que esa fuerte estructuración conlleva cierta sociabiliación y su desarrollo,
La logia no es propiedad de un Venerable, ya éstos no son elegidos a perpetuidad, cuando son elegidos”, atrás va quedando las concepciones más feudales y la diversidad y pluralidad ritual yendo por tanto a codificaciones rituales cada vez máss importantes [ El Régulateur o la Guía de los Msones Escoceses].
Es precisamente en ese momento de la estructuración de los entes administrativos masónicos: Obediencias, logias, Capítulos, etc, cuando el discurso civil entra, en unas estructuras más que en otras, y en estrecha relación con la deidad, en cuanto a que esta había dejado paso a la organización civil, haciendo que la democratización de las logias y de las propias Obediencias fuese posible; ya que el cimiento conceptual que se desarrolla a partir de la asunción de los ideales ilustrados deshace de este modo los usos y costumbres seudo-feudales dando paso a la “Gobernanza” de las logias las cuales habían nacido de antemano con un cierto espíritu democrático.
Pero es más, ese “alejamiento de la deidad” va a incentivar aún más el fértil terreno del que hablamos, confrontando modelos, lo que aún no era permitido en el seno de la sociedad civil, sin embargo en los talleres masónicos van a poder ser ensayados mediante el gobierno del propio grupo, lo cual va a consentir la puesta en práctica y el ensayo de los modelos sociales de la Ilustración, basados en los conceptos de igualdad, evidentemente cimentados sobre la Fraternidad masónica, convirtiéndose de este modo a las logias en “escuelas de gobierno” basadas en toda una filosofía que va ir calando en las logias. De esa cuestión tan importante se dieron cuenta enseguida las clases obreras (socialistas y anarquistas) que fueron sobremanera quienes pujaron por estar en el seno de las logias burguesas, porque sabían que eran “escuelas de saber y de gobierno”; y es precisamente en ellas, donde en parte, aprendieron, algunos de ellos las artes de la organización grupal, de la gobernanza y el consenso, y como no “otras artes” para su mejora personal y grupal, y que les podía proporcionar “la igualdad masónica”. No es menos cierto que hay como dos grandes polos masónicos, uno de ellos se incardina y desarrolla su actividad en torno a un “Fraternitas” en cierto modo mutilado, ya que se instala en la “Tradición” y en los “Antiguos Deberes” y si bien su rito de base es permeable a los aconteceres de la “espiritualidad” más sincréticos y hasta esotérica, se muestra a la vez hermético a otras influencias más del tipo conceptual o filosófico que pudieran llevarle a transformarse en una masonería de sociabilidad, que es justamente lo que está haciendo en mayor o menor medida el otro polo, que se engarza desde la fraternidad que aspira hacer patente la igualdad civil y republicana de los “Modernos” que precisamente exige reciprocidad en la libertad, suspensión de toda “ley de familia” en las relaciones entre libres y la de los “antiguos” que precisamente necesita mantener una esfera aparte, regida por la “ley de familia”. Por tanto ahí está el punto de tensión que nos divide, esos dos polos que sin que necesariamente sean contrapuestos, pudieran ser complementarios, pero sin la negación uno del otro y teniendo claros cuales son los posicionamientos conceptuales y las bases filosóficas y de tradición de una u otra masonería, no lo cual repito no lo plateo como se quiere hacer ver como guerras rituales, o de concepto, sino como realidades de una misma moneda.Por tanto no niego que la masonería es Fraternidad, en esencia y desarrollo, y por supuesto no le niego su desarrollo dentro de ese marco en que se engloba, pero desde el universalismo trato de comprender y conocer ese desarrollo masónico, pero teniendo claro que la “otra masonería” no es una letanía de silogismos, sino una verdadera base de acción, que entiende que su misión viene de una tradición moderna que va aboliendo viejos modelos y tiende a entender su trabajo de reflexión y debate, y el propio trabajo ritual como “una Escuela de formación”.
Filosofía en la cual se engarzan no pocas Obediencias, Logias y Capítulos, del Contiente y de fuera del continente, y todo ello para hacer realidad el aforismo de que “prometemos continuar fuera del Templo la obra masónica". En todo caso recojo una frase de Jean Verdun, que en fondo está todo lo que estoy exponiendo: "esun diálogo perpetuo entre el patrimonio simbólico de la Orden, fijado en lasprimeras decenas del siglo XVIII, y de hombres confrontados con los problemasde su época"He dicho Victor Guerra. MM.:. Rito Moderno