En la Inglaterra de finales de los años sesenta, los Beatles y los Stones continuaban encabezando con poderío y firmeza las listas de ventas y popularidad, aunque comenzaban a soplar nuevos vientos, el Beat y el Rock mas ortodoxo quemaba sus últimos cartuchos. Con Hendrix revolucionando al público británico, un nuevo concepto de libertad creativa se apoderaba de las bandas emergentes, gente como Cream, Status Quo, the Who, o Pink Floyd, perfilaban, tímidamente aún, nuevas sendas sonoras. Precisamente en 1968, la banda liderada por Roger Waters y David Gilmour actuaba en el Imperial College de Londres, como teloneros, los Pink Floyd, dieron su primera oportunidad a un grupo formado por tres estudiantes universitario, "Smile" lo formaban un tal Brian May (guitarra y estudiante de astronomía en aquel mismo instituto), Tim Staffel (bajo, voz y estudiante del Ealing Art College) y Roger Taylor (batería y futuro odontólogo del London Hospital Medical School). La banda tuvo un gran éxito aquella noche, lógico si tocas ante colegas y compañeros de estudio, pero pronto fueron reclamados para animar, con sus potentes covers de clásicos del Rock, fiestas de clubs universitarios, colegios mayores... etc. La banda sonaba muy bien, lo cierto es que ya tenían experiencia, Brian y Staffel se habían conocido anteriormente, durante su formación escolar en Hampton Grammar School de Middlesex, allí ya habían formado juntos su primer combo de Rock, "1984", con el que se habían curtido durante casi cuatro años. Poco a poco van haciéndose un hueco, actúan como teloneros de grupos como Yes y The Troggs, también junto a Free en el Royal Albert Hall (banda en la que cantaba Paul Rodgers quien mas tarde se uniría a Queen,que vueltas da la vida... ), Joe Cocker, Bonzo Dog Do-Dah Band, incluso consiguen un contrato con la agencia musical "Rondo", graban un single en los estudios Trident de Londres con dos temas: "Earth" y "Step On Me" (que por misterios de la industria musical, sólo salió en los USA) ... todo parecía encaminarles a ocupar su modesto sitio entre las bandas británicas del momento, pero el destino les tenía preparado un fantástico regalo, un ser humano dulce y brillante que les haría brillar como nunca imaginaron, un creativo y original personaje que cambiará sus destinos para siempre...
Freddie ya había cantado en alguna ocasión junto a Brian y Roger, estos le habían invitado a subir al escenario durante alguno de los conciertos de Smile, por lo que no fue difícil la transición. Con en entusiasmo y la efervescente creatividad de Freddie, deciden dar carpetazo a Smile, y comenzar un nuevo proyecto musical, Freddie también decide dejar atrás su anterior yo, cambia su apellido (Bulsara no era digno de una estrella) por el de Mercury (sacado de la tetra de una composición propia "My Fairy King”, dedicada a su madre: “Mother Mercury, look what they’ve done to me...”), según según el mismo dijo tenía “poder”. Sus nuevos colegas no estaban muy convencidos del nombre escogido por Mercury para la banda, incluso el mismo era consciente de las connotaciones homosexuales, sin embargo acabó convenciendoles de que eso sólo era una de las muchas facetas del nombre, un nombre fuerte, muy universal e inmediato, así que el grupo terminó llamándose Queen. El último en unirse a Queen, tras probar diversas opciones, fue el bajista John Deacon, un tipo tranquilo y sosegado, que en febrero de 1971 pasa a incorporarse permanentemente al conjunto británico. Una conjunción única de talentos, Mercury era la cara visible, el show, y la voz (un potente instrumento, calificado por un crítico como "el de un tierno y vibrante tenor, que pasa luego a un tono de alta coloratura, perfecta, pura y cristalina en la parte alta"), pero sus compañeros no se quedaban atrás, los tres se intercambiaban sin problemas el papel de guitarra, bajo, teclista, y en muchas ocasiones la parte vocal, además de tener una notoria capacidad para la composición.
Mercury puso todo su empeño y pasión en Queen, así que, para no dejar ningún fleco suelto, decidió emplear su talento artístico diseñando el logotipo de la banda, una seña de identidad que pasaría a la historia, la insignia toma como base el escudo de armas real del Reino Unido, incluyendo los sinos del zodiaco de los miembros de la banda (dos leones por Roger y John, el cangrejo por Brian May y las ninfas que identificaban el signo virgo de Freddie), todo ello rodeando una gran "Q" y rematado por un Ave Fenix, simbolizando el nacimiento del grupo de las cenizas de otras formaciones. También impulsa la estética de la banda, una personal propuesta Glam, fusión de referencias tan equidistantes como Elvis, Led Zeppelin o David Bowie. Grabaron diversas maquetas, hicieron actuaciones, pero carecían de sello discográfico, la falta de progresos comenzaba a minar el ánimo de los cuatro,tras una oferta de Chrysalis Records, que rechazaron por considerarla abusiva, los ingenieros de sonido Roy Thomas Baker y John Anthony les consiguen un contrato con Trident Productions, estamos en 1972. Mientras preparan su álbum de lanzamiento, Robin Cable, ingeniero de sonido del estudio que experimentaba con la re-creación del "Muro de sonido" de Phil Spector, ofrece a Mercury grabar "I Can Hear Music" de los Beach Boys, al finalizar ofreció a Taylor y May añadir las pistas de batería y guitarra, la grabación fue lanzada como single bajo el seudónimo de Larry Lurex, y en la cara B incluía "Goin' Back", un clásico de Dusty Springfield.
Su primer álbum "Queen" (EMI, 1973) tuvo un tibio resultado, influenciado por el rock progresivo y los sonidos más oscuros del momento, tenía momentos notables de Hard Rock, y composiciones de alto nivel como “Keep Yourself Alive”, o “The Night Comes Down”. Su segundo álbum "Queen II" (1974) mostraba una banda en plena evolución y búsqueda de madurez, un destacado disco que los colocó entre las bandas de referencia de su país. Su siguiente álbum, “Sheer Heart Attack” (1974) les abre las puertas al mercado USA (gracias al sensacional “Killer Queen”), un álbum de transición, prólogo del gran estallido mundial que sería su cuarto disco. La pose operística de Mercury, las perfectas armonías vocales, la maestría de May con su guitarra eléctrica, hecha por él mismo, llamada Red Special, la versatilidad de sus temas... todo alcanza su zenit en 1975 con “A Night At The Opera” (título escogido tras ver la famosa película de los Hermanos Marx), su single de lanzamiento “Bohemian Rhapsody” supuso un catarsis, un éxito mundial, y un replanteamiento de los cánones del rock. Lo cierto es que ellos mismos se tomaron el álbum como un "renacer", tras unas pequeñas vacaciones en Hawaii, la boda de Deacon, el retiro de Brian a Tenerife para continuar con su otra pasión, la astronomía, y el nuevo contrato con EMI, dejando atrás Trident, incluyendo un nuevo representante, John Reid, quien convenció a la discográfica que les proporcionara grandes cantidades de dinero para poder grabar "el mejor álbum posible", con el que pudieron alquilar numerosos estudios de la más alta calidad, una apuesta arriesgada que, afortunadamente, les salió muy bien. Una pausa... “Bohemian Rhapsody”, una potente Rock de seis minutos con pasajes de Ópera bufa, rompió todos los records y barreras, los que acusaba a Mercury de ser un letrista pobre y sin recursos tuvieron que tragarse sus palabras, así mismo supuso una salida del armario oficial, a finales de ese mismo año el mundo entero conocía a Queen, y todos querían saber de su carismático líder, el Olympo abría sus puertas a un nuevo dios, una estrella imparable, alguien destinado, a su pesar, a romper barreras y a abrir mentes a golpe de Rock...
La fama de Queen fue creciendo, reforzada por las actuaciones en directo de la banda, un espectáculo visual de impacto, con un peculiar estilo teatral, que en ocasiones requería la participación del público, la revista británica "The Spectator" lo describió como "un cantante que excita y encanta a su audiencia con varias y extravagantes versiones de sí mismo", aunque también tuvieron sus detractores, amenudo eran acusados de ofrecer un show pomposo de excesiva teatralidad, en realidad los dos argumentos son igual de validos, solo es cuestión de gustos. Posiblemente por la buena acogida de “A Night At The Opera”, para su siguiente trabajo discográfico, como título escogieron el de la siguiente película filmada por los Hermanos Marx, “A Day At The Races” (1976), un disco sobresaliente, aunque menospreciado, en el que abandonan definitivamente cualquier canon del Rock, para transitar con soltura y descaro entre el Heavy, la música clásica, la Ópera, el music-hall y el Pop, en definitiva, unos Queen en estado puro que sobresalen con temas como “Somebody To Love”. Sin bajarse nunca del Top de ventas, un año mas tarde, en plena explosión del Punk, lanzan su sexto álbum “News Of The World” (1977), en el que, fieles a su heterodoxo estilo, incluyen estupendas baladas, furiosas composiciones Rock, elegantes melodías, incluso con sabor caribeño como "Who Needs You", y nos regalan dos himnos inmortales, “We Are The Champions” y “We Will Rock You”. La banda finaliza los 70 fieles al estilo que les hizo populares, seductoras y complejas melodías rockeras, con cierto gusto operístico, precisas baladas glam... pero con el cambio de década, Queen amplia sus registros sonoros, el espectáculo debe continuar...
Un inesperado éxito de una composición de Deacon les hizo ver el camino a seguir, "Another One Bites the Dust" (The Game, 1980) era un Funk-Rock, que estuvo a punto de no ser incluida en el disco por considerarla floja, por debajo del nivel, ni siquiera pensaban lanzarla como sencillo hasta que Michael Jackson les dijo que estaban locos sino lo hacían, un número 1 absoluto, acusado en algunos foros de contener mensajes subliminales que incitaban a fumar marihuana. En The Game, Mercury se marca un espléndido homenaje al rockabilly, y a Elvis en particular, "Crazy Little Thing Called Love", en el que incluso toca la guitarra acústica, mientras May cambia su habitual guitarra casera por una Fender Telecaster. En esta época Queen comienza a utilizar sintetizadores, y su sonido se va haciendo mas comercial. En aquel momento la bisexualidad de Mercury era el centro de atención de la prensa mas amarillista, pero éste mantenía una estricta separación entre su trabajo, su hogar y su vida, sin embargo cuando se metía en el personaje de estrella del Rock, la provocación era su principal arma. Decide cambiar radicalmente su aspecto, se corta su larga melena, y con Glenn Hughes como referencia (el macho alfa de cuero negro de los Village People), se coloca unas camisetas ajustadas que dejan ver su poblado pecho, unos pantalones hiper ajustados, unos tirantes, y añade al lote un bigote intemporal.
Las composiciones se "aligeran", pasan del barroquismo a la sencillez Pop, el Funk va ganándole terreno a los sonidos heavies, durante esta etapa de transición llegan sus dos peores trabajos discográficos, la BSO de "Flash Gordon" (Dino DeLaurentiis, 1980) tan mediocre como la propia película, y "Hot Space" (1982) un estrepitoso fracaso que les hizo perder credibilidad, un disco en pleno litigio entre el Hard Rock y el Tecno-pop, sin casi guitarras, y con cargantes bases rítmicas destinadas a las pistas de baile, únicamente destacable la casual aparición de David Bowie, que se cruzó con ellos mientras grababan el disco en Suiza, y decidió acompañarles en su single de lanzamiento: “Under pressure”. Tras el varapalo comercial la banda decide tomarse un descanso, y cada uno de sus miembros emprende distintos proyectos o colaboraciones. Tardaron dos años en olvidar aquel horroroso disco, ninguno tenía la confianza en que el antiguo Queen regresara jamás, "The Works" (1984) fue una especie de reconciliación entre los miembros de la banda, ninguno se atrevía a dar una idea clara del sonido que necesitaban, por eso, aunque es un trabajo digno, es algo irregular, su primer single “Radio ga-ga”, parecía presagiar el fiasco de "Hot Space", un tema tecno-pop que alejaba definitivamente a los fans del Queen de los 70, sin embargo, con el lanzamiento del disco en febrero, mas de uno dio un suspiro de alivio al descubrir “Tear it up”, “Hammer to fall”, o “Man on the prowl”, poderosos temas rockeros que, sin embargo no marcaban la tendencia de la banda, el éxito de “I want to break free” (incrementado por su acertado y divertido video-clip), eliminaba cualquier esperanza, y dictaminaba que un nuevo Queen estaba naciendo.
Con un Queen reinventado en sonido y estética, la banda alcanza un nivel de popularidad mayor aún que en los 70, se embarcan en multitudinarias giras mundiales, macrofestivales, Roger Taylor publica su segundo disco en solitario, Mercury lanza “Love Kills”, un single destinado a la reedición de la película de Fritz Lang "Metropolis" (1927), y posteriormente su primer disco en solitario, “Mr. Bad Guy” (esto lo dejo para la próxima semana). Parecía que la banda había encontrado un nuevo rumbo, una evolución que complacía a todos y en la que se encontraban cómodos, "A kind of Magic" (1986) les colocaba de nuevo en la cima del éxito, pocas concesiones al Hard Rock, pop comercial con aspiraciones a super-hits como “A kind of magic”, “Friends will be friends” o “Who wants to live forever”, además de servir como banda sonora del blockbuster “Los inmortales” de Russell Mulcahy. De nuevo gira mundial, “Magic tour” les llevaría a tocar al otro lado del telón de acero (concretamente en Budapest) y al macrofestival de Knebworth ( Hertfordshire), sin saberlo, un multitudinario concierto (más de 200.000 espectadores) que constituyó el último concierto en directo de Queen. Tras otro periodo de descanso, en el que Mercury se sumerge en un nuevo proyecto en solitario, la banda anuncia la grabación de un nuevo disco, “The miracle”, estamos en 1989, y la prensa comenzaba e especular sobre el estado de salud de Mercury, bastante delgado y desmejorado en comparación con su habitual imagen, dinámica y contundente. Con el anuncio del cantante de que no habría gira de presentación, la prensa comenzó a llenarse de titulares sobre el artista con términos como "homosexual", "SIDA" y "promiscuo", intentando conseguir una reacción de Mercury, o una exclusiva sobre el asunto.
“The miracle” no fue una gran sorpresa, aunque no retornaba al Rock, si que conseguía que las guitarras ganasen protagonismo ante los sintetizadores, para mi gusto no es un disco destacable, ni “The invisible man” o “Scandal” me llaman la atención, no son los Queen que me gustan. En 1991 llega el canto del cisne, “Innuendo" (1991), un disco aclamado y elogiado por la crítica, en el que un Mercury desmejoradísimo da lo mejor de si mismo, sorprendiendo a sus colegas con estratosfericas interpretaciones vocales, que nada tenían que ver con el triste aspecto del artista. Mercury sabía que sería su último disco, muchos quieren ver su epitafio en “The show must go on”, aunque Brian lo desmiente, y comenta que su despedida real fue el clip “These are the days of our lives”, en el que Freddie termina mirando fijamente a la cámara, repitiendo la última frase de la canción (“I still love you”) con una sonrisa cómplice y desapareciendo por un lateral. Mientras las fuerzas le acompañaron, Freddie siguió acudiendo al estudio de grabación, quería dejar material para que sus colegas publicasen un nuevo disco (¿tal vez por eso lo de "show must go on"?), "Made In Heaven " se lanzó en noviembre de 1995, cuatro años después del fallecimiento de Mercury, varias pistas fueron instrumentalizadas sobre el material que Freddie dejó grabado, e incluso Brian May tuvo que poner su voz para terminar la grabación de "Mother Love". Queen nos enseñó que los límites no existían, y que las barreras están para ser derribadas, te pueden gustar mas o menos, (yo os diré que no soy su fan número uno, pero me fascina el personaje y su trascendencia), cambiaron el mundo de la música, utilizando inteligentemente el video-clip como arma de promoción, Queen fueron, y son, un peso pesado de la música Pop, eso es innegable, hoy hemos desgranado muy levemente su trayectoria, la próxima semana os introduciré en el verdadero mundo interior de Freddie Mercury...