En 1939, Duquesne se encontraba viviendo en Nueva York, donde ejercía de espía a jornada completa, pasando cuanta más información mejor a Hitler. Aunque EE.UU. no había entrado todavía en guerra, simplemente sería cuestión de tiempo que lo hiciera, por lo que ir por delante del aliado más poderoso de Gran Bretaña, nunca estaba de más. Su tarea principal era la de estar ojo avizor y con las orejas limpias para poder estar al caso de cualquier atisbo de novedad interesante. Aunque parezca mentira, una de sus fuentes principales era, ni más ni menos, que la propia prensa norteamericana.
Una vez en el sitio, Duquesne llegó a la conclusión de que, debido al alto secreto de las instalaciones, introducirse en ellas era prácticamente imposible sin despertar sospechas, por lo que decidió volver a casa y buscar una alternativa. La información era de vital importancia para los generales alemanes, habida cuenta una más que probable utilización de esa nueva arma en territorio europeo, pero...¿cómo obtenerla? La solución la tenía delante mismo de sus narices: pidiéndola. Y la pidió.
El espía no confiaba en absoluto en que la cosa funcionara, por lo que no tenía demasiadas esperanzas puestas en el éxito de su ocurrencia. No obstante, se quedó de pasta de boniato cuando recibió en su domicilio absolutamente toda la información de la máscara de gas que había solicitado. Sorprendentemente, el Chemical Warfare Service había atendido escrupulosamente la solicitud de Duquesne y había proporcionado directamente al espía una valiosísima información de capital importancia para la Alemania de Hitler. Obvia decir que en menos de una semana, dicha información estaba sobre la mesa del Führer.
Con la entrada en la guerra de Estados Unidos todo cambió y, en 1941, Duquesne y 32 colaboradores a su cargo fueron detenidos por el FBI y sentenciados a diferentes penas de prisión por su actividad de espionaje. Sin embargo, el asunto de la máscara de gas dejó bien claro que, tanto en asuntos de espionaje como en la vida cotidiana, todos somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras.
Ireneu Castillo
Ireneu Castillo es escritor, articulista y divulgador histórico, que con el blog Memento Mori! cuenta toda clase de curiosidades con un peculiar punto de vista.
Para saber más:Memento Mori!The Spy Who Spent the War in Bed: And Other Bizarre Tales from World War II, de William B. Breuer Bomb Sight, Secret Ink, Nazi Threats Figure In Spy Trial (The Courier-Mail, 10/09/1941) Spy gave germans secret of bombsight, court told. United Press (The Pittsburgh Press, 8/9/1941)Frederick Joubert “Fritz” Duquesne (Find a Grave, 1/9/2014)