'Freeware', de Rudy Rucker

Publicado el 24 marzo 2014 por Severian
Freeware. Rudy Rucker. 1997
Freeware es una novela de ciencia ficción ubicada en el futuro próximo, escrita por el autor norteamericano Rudy Rucker.
Freeware es la tercer novela de la tetralogía Wares, precedida por las novelas Software y Wetware. De todas estas obras la única en haber sido traducida al español es Software.
No es necesario leer las novelas anteriores para disfrutar de Freeware, pero entender las relaciones entre los personajes le añade algo de profundidad a la obra, por lo que se recomienda hacerlo.
Realizar una sinopsis de la trama sin echar a perder la lectura es imposible. Por lo que intentare componer un recuento de la trama hasta el momento.
Precaución: Es posible que enumere eventos de las novelas anteriores y genere algunos spoilers, o sea, eche a perder la lectura de las novelas anteriores, bajo aviso no hay engaño.
La acción se ubica a mediados del siglo XXI, en el año 2053 para ser más exactos. La trama continua los eventos ocurridos en las novelas anteriores, en Software se narra como Cobb Anderson, el inventor de unos autómatas lunares llamados boppers, es engañado para viajar a la Luna, en donde es digitalizado de un forma destructiva, por lo que pierde su cuerpo y queda solo como una entidad digital.
Cobb es acompañado en su viaje a la Luna por Stan Mohney, un drogadicto que se ve involucrado en la revolución robótica que detona un cambio social entre los boppers.
En la segunda novela, Wetware, los boppers experimentan inoculando código en embriones humanos, modificando el crecimiento y las habilidades de estos infantes, quienes son llamados meatbops. Los humanos contraatacan usando un virus orgánico que daña los procesadores de los boppers. Propagando un moho que destruye los CPUs.
Y el tercero libro incluye a los sobrevivientes robóticos del segundos libro, los moldies (o mohosos) autómatas formados de imipolex, un material piezoeléctrico que puede ser manipulado con campos eléctricos, lo que les da la libertad de modificar su forma. 
El problema con los moldies es que el material de que estan hechos  genera olores desagradables, por lo que muchas personas no los contratan. Además existen grupos religiosos, como los Heritagist, quienes promueven actos violentos contra ellos.
Existen también algunos seres humanos quienes se sienten atraídos sexualmente por el mal olor de los moldies, estas personas son llamados cheeseballs y son tratados con desprecio por la sociedad.
La novela esta narrada episódicamente, en donde cada capitulo narra la vida de un personaje involucrado en la trama. Monique, una moldie que trabaja en un hotel californiano, se ve acosada por un cheeseball. Randy Karl Tucker, un redneck Heritagist y secretamente amante de los moldies se ve involucrado en una conspiración.  
Tre Dietz, un brillante matemático trabaja como encargado del hotel de la familia de su esposa, Terry Prescepe,  mientras formula un nuevo Philtre, un mosaico tridimensional formado por triángulos de Penrose, que funciona como un sistema de realidad aumentada. Y Stan Mooney, antiguo drogata y actual senador de E.U. quien pretende implementar una ley que otorgue derechos ciudadanos a los moldies.

Rudy Rucker es un bicho raro, es como tener un tío desaliñado, la oveja negra de la familia, con su casa llena de revistas porno y plantas de marihuana. Pero al mismo tiempo es un brillante profesor de matemáticas y filosofo. Alguien quien siempre tiene cosas interesantes que decir.
La tetralogía wares bien puede ser la serie de ciencia ficción más deschavetada de la historia. La capacidad de disfrutar de estas novelas depende mucho de la capacidad del lector de suspender su incredulidad, lo que en ingles se conocido como suspension of disbelief.
La novela tiene muchas ideas y tecnologías ingeniosas, pero muchas cosas se pierden entre tantas payasadas. Otro punto, el libro esta lleno de sexo pornográfico verdaderamente bizarro y la mayoría de los personajes consumen drogas en algunas ocasiones, menciono esto porque puede molestar a algunos lectores.
Disfrute de Freeware, pero debo admitir que no es para todos los gustos, se necesita un sentido del humor retorcido y sobre todo no levantar mucho la guardia al momento de leerlo, y el resto es solo dejarse llevar por las excentricidades del señor Rucker.