La acumulación de suelo como forma de control del mercado.
La forma en la que los promotores afrontan la gestión del suelo tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y la posterior crisis ha cambiado respecto a como se hacía con anterioridad. De comprar el suelo para empezar a construir se ha pasado a acumularlo en sus carteras para controlar la construcción a largo plazo.
Según los expertos no es posible que se vuelva a producir una burbuja inmobiliaria, debido a que no se da el factor financiero, ya que los bancos no financian suelo como antes, aquel que quiere comprarlo debe buscar otras vías alternativas a la banca.
Lo que si existe es un mercado a dos velocidades. Como bien explica David Botín: "se ha pasado de un mercado de oferta, con escasa demanda, a uno donde en algunas zonas la oferta es escasa y la fuerte demanda genera competencia e incluso se puede atisbar problemas a largo plazo."
A principios de año en el informe de suelo elaborado por Tinsa ya se advirtió de este posible problema. Los datos aportados por la empresa de valoración refleja que según sus estimaciones en España había suelo finalista para construir por nueve años, pero en zonas como Madrid donde la reactivación residencial se había retomado con fuerza y el suelo era escaso. En esta región se hablaba de superficie de construcción para dos años, ya ha pasado uno por lo que solo quedaría otro más.