Frenos de disco vs frenos de zapata en el ciclismo de carretera

Los frenos de disco hidráulicos llevan utilizándose en el ciclismo de montaña durante más de 10 años. En esa disciplina tiene todo su sentido utilizar este tipo de frenos, ya que los descensos suelen tener un porcentaje muy elevado y se necesita una gran potencia de frenado.

Sin embargo, en el ciclismo de carretera se están empezando a popularizar actualmente, aunque ya llevan en torno a 3 años utilizándose. Dentro del ciclismo profesional hay tanto ciclistas a favor de su utilización como ciclistas en contra.

Los frenos hidráulicos van a aportar una mayor potencia de frenado y una mejor eficacia en condiciones de lluvia que los de zapatas.  - piopialo          

Ventajas de los frenos de disco hidráulicos

Sin duda una de las principales ventajas de los hidráulicos respecto a los de zapatas es la potencia de frenado. En el ciclismo de carretera en un descenso se pueden alcanzar velocidades de vértigo, que pueden superar incluso los 80 o 90 kilómetros por hora.

A esas velocidades nos va a aportar mucha más seguridad unos frenos potentes. Aquí los de disco superan con creces a los de zapatas, ya que su potencia de frenado es un 40% superior.

Otra de las ventajas es que en condiciones climatológicas adversas van a ser mucho más eficaces que los de zapatas. Aquí realmente se marca una diferencia muy notable. Cuando la carretera está mojada hay que ser muy cuidadosos con los de zapatas, que pierden mucha eficacia, al contrario que los hidráulicos.

Por último podemos destacar también como ventaja que el ciclista tendrá que hacer mucha menos presión sobre las manetas para frenar con potencia.

Desventajas de los frenos hidráulicos

La principal desventaja de este sistema de frenos en una bicicleta de carretera es el peso. Una bicicleta con frenos hidráulicos respecto a otra con frenos de zapatas puede pesar en torno a 500 gramos más.

En esta situación va a depender de cada uno decidir si merece la pena montar los hidráulicos sacrificando 500 gramos.

La otra desventaja destacable es que es más probable que los discos rocen con las pastillas debido a algún golpe o a algún sobrecalentamiento. Esto no sucede con las zapatas, que son más sencillas de ajustar.