Frente al anterior argumento aristotélico formulo el siguiente razonamiento:
1. Todo lo que existe tiende a destruir su contrario.
2. Todo lo que llega a existir surge de la destrucción de su contrario.
3. Todo lo que existe y carece de contrario que se le oponga no puede surgir de su contrario por imposibilidad física, ni de sí mismo o de la nada por imposibilidad metafísica, por lo que es ingénito y eterno y, como tal, ajeno al devenir.
4. Si un ser ingénito y eterno posee un contrario, éste será ingénito y eterno, toda vez que no puede surgir de la destrucción de su contrario, el cual es indestructible, ni tampoco de sí mismo ni de la nada.
5. Si dos contrarios son ingénitos y eternos, no serán completamente mudables. Pues, si algo muda, o bien cambia de lugar, o bien de cualidad, o bien de cuantidad, esto es, aumenta o disminuye; y si uno de los dos contrarios aumentara o disminuyera, el otro disminuiría o aumentaría en la misma proporción. En consecuencia, una parte de su ser sería destruida o generada, lo que resulta imposible si todo su ser es ingénito y eterno.
6. Lo extenso, si es mudable, no puede ser infinito en acto, según demuestra el mismo Aristóteles. Por tanto, lo extenso tiene en lo inextenso su contrario.
7. Lo extenso, si es ingénito y eterno y posee un contrario, éste será ingénito y eterno. Por tanto, si lo extenso es ingénito y eterno, también lo es lo inextenso.
8. Si lo extenso y lo inextenso son ingénitos y eternos, no serán completamente mudables. Ahora bien, lo extenso es completamente mudable, en tanto no sólo muda su lugar y cualidad, sino que tampoco su cuantidad o extensión es siempre la misma. Por tanto, lo extenso no es ingénito y eterno. Y, dado que todo movimiento exige extensión, si lo extenso es generado por lo no-extenso, también lo es el movimiento, por lo que queda demostrado que la generación es el primer movimiento.