Dos operarios tratan de retirar un nido secundario de avispa asiática como los que comenzarán a verse a partir de verano. / DM
Gobierno y municipios se unen para frenar el avance de la velutina con la colocación de trampas contra las reinas: «Si las eliminamos ahora no habrá nidos en verano»
DANIEL MARTÍNEZSantanderSábado, 17 marzo 2018, 21:43Antes de salir al campo de batalla, hay que preparar la guerra. Esa es la premisa con la que trabajan los apicultores y las empresas especializadas en la lucha contra la avispa asiática, una especie invasora que se ha propagado por todo el norte de España y que además de mermar las colmenas afecta gravemente a la biodiversidad. Durante todo el invierno han estado elaborando de forma minuciosa millares de trampas. El pasado 1 de marzo, siguiendo las indicaciones del protocolo elaborado por la Consejería de Medio Rural, comenzaron a colocarlas por el territorio, con especial atención a aquellos puntos en los que se han detectado mayores poblaciones de Vespa velutina.La táctica militar es simple pero efectiva. En estos momentos, las avispas reinas están despertando de su letargo invernal y han comenzado a reunir fuerzas para construir los nidos y empezar a reproducirse. La idea es atraparlas antes de que comience ese proceso y así mermar lo máximo posible su propagación durante los meses de calor que están por llegar. «Sabemos que erradicarla es imposible, pero con esto creemos que vamos a conseguir reducir mucho su número», apunta Joaquín Vinaza, de la empresa Stop Velutina, que lleva trabajando en este campo desde hace cuatro años.Cuando empezaron, la idea general era que este era un problema de los apicultores. «Ahora la gente está muy concienciada del peligro que suponen. Mata a las abejas, pero también tiene efectos sobre la polinización porque acaba con otros insectos, destroza la frutas como las uvas o las peras... Incluso pueden llegar a atacar a las personas, como le ocurrió a un hombre en Cabezón de la Sal. En Galicia ya ha provocado algún muerto», detalla. Por iniciativa propio, un puñado de municipios como Piélagos o Villaescusa el año pasado ya actuaron de forma preventiva y los resultados fueron evidentes. Este 2018, se han sumado muchos más gracias a un incentivo: la partida de 100.000 euros que Medio Rural reparte entre los ayuntamientos que se sumen a la campaña de instalación de trampas. Los Corrales de Buelna, Noja y Camargo son algunos de ellos.Aún no han comenzado a construir sus nidos y criar, por eso es el mejor momento para atacarlasTambién Arenas de Iguña. Allí estaban trabajando ayer Isidro Herrero y sus compañeros de Sercant Velutina, otra empresa especializada. Al quinto tono, descuelga el teléfono: «Me pillas reponiendo el trampeo en Las Fraguas. Estos días tenemos mucho lío. A ver si después se nota...», cuenta. Desde que arrancó el mes han estado colocando las trampas por Anievas, Santillana del Mar, Ruente, Mazcuerras, Valdáliga, Meruelo, Hazas de Cesto, Bareyo... El año pasado los municipios beligerantes contra la avispa asiática eran un puñado -pequeño-. Este, ya sea porque tienen ayuda autonómica o porque el grado de concienciación es mayor, la cosa es diferente.Los primeros ejemplares fueron localizados en el pueblo de Ojébar (Rasines) en octubre de 2013Desde comienzos de mes, Sercant ha activado 700 trampas en estas localidades. Ahora, ya están en la fase de reposición de los atrayentes que se utilizan para atraer a las avispas reinas. Cada 15 días retiran las muertas y rellenan las trampas para aumentar el botín. «Funcionar, funciona. Ten en cuenta que el año pasado, sólo en dos municipios, capturamos 2.800 reinas. Este año tienen que ser muchas más. Cada año ha ido a más porque no se había trampeado en condiciones como ahora», subraya. Teniendo en cuenta que si cada una de esas reinas hubiera sobrevivido habría construido un nido para dar cobijo a otras 25 o 30 obreras... De hecho, en lugares donde la guerra sin cuartel contra la velutina comenzó antes, como Álava, ya tienen datos que confirman una caída en el número de nidos.