1. Lava las fresas en el chorro del agua y desinféctalas muy bien. Colócalas en cuatro copas.
2. Bate el queso crema con el azúcar hasta que se suavice.
3. Bate la crema a punto de picos suaves y envuélvela con la combinación anterior. Usa una espátula.
4. Sirve la mezcla de queso y crema sobre las fresas, decora con la ralladura de limón y palitos de chocolate.