La música y su efecto balsámico. Al menos para un servidor, no hay mejor plan para un viernes que un concierto en el que olvidar una dura semana. Por eso, es justo agradecer a la gente que aún viendo cómo está el panorama de la música en vivo, se atrevan a programar música aún arriesgándose a, en el mejor de los casos, no ganar nada.
Abrieron la noche el grupo local Freedonia en formato duo (guitarra eléctrica y percusión), con un sonido rock de ascendencia americana. Absolutamente prendado de la voz de Paula, una maravillosa combinación de las gargantas de la mejor Polly Jean y la primera (y única) Alanis Morissette (de hecho hicieron un bonita versión de Not the doctor).
Los madrileños Delco eran el plato fuerte de la noche, reconvertidos para la ocasión en trío (guitarra, bajo y batería). Como explicaron, se trataba de un concierto especial porque era la primera vez que mostraban sus canciones de esa forma, tal y como las ensayan en el local, lejos del tradicional sonido de banda de rock que suele verse en sus conciertos. Y a fe que para ser así, no lo hicieron nada mal.
Con su primer disco fueron alabados con la crítica y con el segundo, Sophomore, les llegó el reconocimiento del público. Temas como Credit, Guts o Fireworks & Jacuzzi bubbles se entremezclaron con acierto con temas de su primer disco y algún tema de estreno. Mención especial a una de mis favoritas, Bonpensiero. Vale que Tony sea el más grande rural-mafioso de la historia, pero Pussy no merecía ese final. Estamos con vosotros.
"Bonpensiero"
Video: Lupín