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Aires morunos se respiran al llegar a Frigiliana.
El tono anaranjado de la tejas de las casas contrasta con sus blanquísimas fachadas.
El "barribarto", como es conocido el casco antiguo por los vecinos, es una sucesión de pulcras calles cuajadas de flores multicolores. El reflejo del azulejo marca la historia pasada de Frigiliana.
Esta zona conserva su estructura igual que en la época en la que los moriscos poblaban estas tierras.
La batalla en el Peñón de Frigiliana acabó con siglos de convivencia entre culturas.
Tras la batalla, más de seis mil moriscos que se habían concentrado en este rincón malagueño debido a su tolerancia y convivencia, fueron expulsados por el ejército castellano.
Actualmente, la zona es rica en productos frutícolas y en miel. Además ofrece un reconfortante vino dulce y unas excelentes pasas.