La BBC, el New York Times y la agencia Reuters, entre otros, expusieron la cruda realidad de la economía argentina tras la apertura del Estadio Monumental de River Plate para refugiar a los sin techo.
Entonces, si una persona en situación de calle muere, "fue por el frío". De manera similar el calor es acusado por los cortes de luz en verano o las inundaciones cuando llueve, todo parece depender de las condiciones climáticas.
"Durmieron 103 personas en River. Ahora estamos viendo cómo resolver esta noche que sigue, hoy Estudiantes de Buenos Aires y Vélez nos llamaron para abrir otro lugares. Cinco muertes de personas en 11 días por frío es una situación de alarma y de tremenda complejidad para una sociedad y para nosotros, hicimos este ruido con esa intención, de que la sociedad levante la mirada, que notifiquen si hay alguien en la calle, que llamen".Juan Carr - Fundador de Red Solidaria
Y también las escuelas tienen problemas con el frío; docentes advierten que en muchas instituciones escolares no hay suministro de gas ni instalaciones eléctricas por lo que las aulas no pueden calefaccionarse y tampoco funcionan las cocinas por lo que peligra la provisión de alimentos y bebidas calientes.
Los videos de Carlos, el pianista en situación de calle que se puso a tocar un piano, se viralizaron y transmitieron un fuerte valor emotivo. Pero hay un mensaje mas contundente que la primer emoción a través de la música. El mensaje de Carlos es un golpe a quienes defienden las políticas de ajuste y libre mercado en nombre de la "meritocracia". Carlos tiene una habilidad desarrollada y sin embargo está sin trabajo y condenado a vivir en la calle por este sistema.
Horacio CecchiSergio Zacariaz tenía 52 años. Apareció muerto en la vereda. En la calle, Perú entre Venezuela y Belgrano. Murió de frío aunque en su situación morir de frío es tanto como decir que alguien que murió baleado murió por un paro cardiorrespiratorio. Zacariaz murió de frío porque primero murió de hambre y de falta de techo y de falta de miradas que lo sostengan y de falta de brazos que lo levanten. Y claro, todas esas ausencias terminan matando de frío.
Decir que apareció también es sensiblemente erróneo, porque aparecer hace rato que Zacariaz aparecía como tantes de sus copartícipes de la resaca del neoliberalismo. Pero son esas maneras de aparecer que no se quieren ver y se naturalizan, y de tanto naturalizarse dejan de verse. Pero aparecer a la vista de todes, hace rato que Zacariaz aparecía.
No más en el último censo (cuyos resultados se publicarán próximamente) de las organizaciones dedicadas a luchar contra las inclemencias del Estado inhumano, Zacariaz debía ser uno más de los seguro más de 20 mil personas que viven donde no se puede vivir, en la calle. En el último censo, el año pasado, ya eran más de 20 mil las personas que vivían a cielo abierto o a cielo tapado de nubes heladas, pero nunca bajo techo.
Y por primera vez en vaya a saber cuántos años Zacariaz tuvo techo provisto por el Estado: una carpa policial para cubrir su cadáver de la mirada de la sociedad. No vaya a ser que Zacariaz moleste incluso después de muerto.
A Zacariaz lo molestaba, en cambio, el no tener techo, el no tener para comer, pero en estas fechas, el tener frío. Anoche, la temperatura fue cercana a 0 grados.
El grado cero.
Las noticias dicen que toda la semana hará frío y que las temperaturas oscilarán entre 3 y 5 grados de mínima. Basta abrigarse y tomar un desayuno caliente para resolver el problema y hacer del frío algo que se puede "soportar". Fue lo que le faltó a Zacariaz, soporte. No podía pasar los 3 grados a la noche, con el viento que soplaba helado, apenas cubierto con unos puloveres desilachados, y unos cartones, con nada caliente en la panza que lo pudiera mantener a flote.
En términos médicos posiblemente se diga que Zacariaz murió por hipotermia. Una palabra que esconde todo el frío que se tiene que sentir para que no solo los dedos se entumezcan, ni los labios tiemblen ateridos de frío, sino que el corazón se enfríe a tal punto que no quiera seguir más.
Se durmió muerto de frío Zacariaz.
Y no se despertó. Lo mataron las políticas de hambre y ninguneo de un Estado que sólo le procuró una carpa policial y una bolsa de nylon para que no lo vieran ni siquiera muerto.
Tampoco faltaron algunas de las peores miserias humanas que, en redes sociales, atacaron a Juan Carr y a River Plate. Bastó que Carr señalara que desde el 2015 para acá aumentó exponencialmente la cantidad de personas en situación de calle y que dijera que era intolerable que la ola de frío ya se hubiera cobrado cinco vidas en todo el país, para que le soltaran todos los trolls del call center que pagamos todos, a caerle con todo para cuestionarlo salvajemente.
El accionar de los Trolls no parece encontrar límite alguno a la hora de diseminar agravios con ciegas defensas de las conductas más miserables. Trolls que trabajan para un gobierno que te dice que si sos pobre es culpa tuya, que no te esforzás lo suficiente, y si tenés que dormir y morir en la calle es tu problema, no el del Estado. Con esa gente no hay conciliación posible, ni cierre de la grieta que valga, porque entre esa gente de mala leche y cualquier personal con un mínimo de solidaridad no hay una grieta sino un abismo, y bienvenido que así sea.
Que no queden dudas que este es un gobierno de hijos de puta, apoyado por hijos de puta.
Pero este frío (y esta mala leche) no es nada comparado con el que se viene, y no me refiero a cuestiones climáticas. La economía va a peor de lo que está. En los próximos meses es imposible que el nivel de recesión disminuya, y una crisis financiera se puede disparar, más personas van a ser despedidas. Es triste pero vamos rumbo a morir de frío.
Esta economia se parece mucho a lo peor que hemos visto, pero por apariencias y encubrimiento parece menos grave. No estoy hablando de un partido político, ni de una medida económica especial. El mejor equipo de los últimos 5000 años dice que estamos en el primer mundo. Los economistas se acomodaron a los caprichos del oficialismo y a sus deseos. Saben lo que es verdad, pero prefieren callar. Dicen una cosa pero hacen otra. Marcan con el dedo al que critica, se le lanzan para descalificarlo, pretendiendo tapar lo que pasa, ven pero lucen como ciegos. Cada dia son mas los que prefieren quedarse sentados y dejar que otros se sacrifiquen, prefieren que el precio lo pague otro. Es lamentable el nivel de irresponsabilidad del liderazgo.
El oleaje del frío que inexorablemente desembarca en los inviernos no deja huellas de muerte por mano propia. No aloja gente bajo el techo de la intemperie. No expulsa niños al abismo.
Por último, para informar que hay personas en situación de calle en CABA podés llamar al número 108 para informarlo, ahora... ¿qué pasa cuando llamás?...
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