El primer encuentro musical entre Brian Eno y Robert Fripp que fue plasmado en un disco compartido no obtuvo el reconocimiento que se esperaba en un trabajo en el que se juntaban dos de las mentes más creativas e inquietas del rock de los años setenta. La crítica lo vio como un experimento interesante pero enseguida derivó su atención hacia los trabajos más convencionales de ambos artistas, entendiendo como convencional una mayor cercanía al rock.
Seguramente ambos artistas creían haber hallado algo en la grabación de aquel trabajo porque algo más de un año más tarde, volvieron a juntarse para trabajar en una nueva colaboración, indudablemente más madura y que ocuparía uno de los primeros puestos en una eventual historia cronológica de la música “ambient” tal y como Brian Eno la describiría poco después.
Hoy está disponible un importante documento que recoge en una magnífica edición los conciertos parisinos que formaron parte de una extensa gira europea de Fripp y Eno en la que se tocó gran parte de la música que formaría parte de “Evening Star”, el disco del que hoy vamos a hablar. Sin embargo, en el momento en que apareció el trabajo, apenas había registros sonoros de calidad de lo que ocurrió en aquellas actuaciones en las que se dio forma, no sólo al trabajo que hoy tratamos sino a toda una nueva visión de cómo hacer música que ocuparía un lugar primordial en la carrera de ambas figuras en los años siguientes. Las actuaciones eran peculiares. Cuando el público accedía a los recintos, la música, procedente de grabaciones previas en estudio ya estaba sonando. Los dos músicos se incorporaban en un momento determinado y comenzaban a “tocar” por encima de las grabaciones y entrecomillamos “tocar” porque realmente era Fripp quien lo hacía mientras que Eno manipulaba cintas magnetofónicas y diferentes aparatos electrónicos la mayor parte del tiempo aunque también ejecutaba ciertas partes a los sintetizadores. En determinados momentos, ambos músicos podían abandonar el escenario mientras la música seguía evolucionando sobre el mismo para regresar minutos después y continuar con su parte, algo que no siempre fue bien entendido y provocó protestas significativas en alguna de las actuaciones.
Tras concluir la gira, Fripp y Eno comenzaron a trabajar en el estudio para dar forma a parte del material grabado en la misma y también para grabar allí algunas de las piezas que sonaron en los conciertos. Cuando hablamos de “trabajar en el estudio” es una forma de hablar porque la música que finalmente se publicó en “Evening Star” procedía, no sólo de diferentes sesiones sino de estudios y fechas distintos, siendo, por tanto, resultado de un proceso largo y fragmentado.
Momentos de relax en el proceso creativo.
“Wind on Water” - El material de la primera pieza del disco procede de la grabación de uno de los conciertos parisinos de la gira y fue retocada en el estudio con posterioridad. Suena en los primeros instantes un “loop” electrónico que crece y crece con cada repetición. En él aparecen gran cantidad de sonidos, desde la casi irreconocible guitarra de Fripp hasta oníricos pasajes cuasi-vocales que parecen tratar de escapar de la informe masa sonora que crece a su alrededor. Paulatinamente el particular timbre de la guitarra va ganando espacio ocupando los márgenes opuestos del espectro sonoro. Se puede llamar “ambient” pero la densidad y tensión sonora que aquí se produce no tiene mucho que ver con los delicados pasajes del refinado “Music for Airports” que Eno grabaría años más tardes.
“Evening Star” - Fundiéndose con el final de la pieza anterior, comenzamos a escuchar una serie de dulces acordes de guitarra sobre los que aparece con exquisita delicadeza una continua sucesión de notas a cargo del propio Fripp, estructuradas en dos grupos de tres notas cada una, que suenan como una especie de “nana”. Si tiempo para dejarnos llevar por la relajación comienzan a evolucionar los distintos solos de guitarra planeando sobre la continua repetición de los dos elementos anteriores. Mediada la pieza, Eno añade una serie de notas de piano a la mezcla que alcanza momentos de una belleza sublime antes de concluir de un modo pausado, sin sobresaltos dejando al oyente con la sensación de haber escuchado algo extraordinario.
“Evensong” - De nuevo se repite la estructura anterior con un “loop” continuo de guitarra al sobre el que se añaden capas y capas de sonido que se van incorporando al mismo bucle. Es la pieza más breve del disco quizá la única que no se interpretó en la gira.
“Wind on Wind” - La única composición de todo el trabajo que firma Eno en solitario es un pequeño extracto de lo que más tarde sería el disco “Discreet Music”. La idea de Brian era que Fripp utilizase esta pieza electrónica como base de sus improvisaciones en directo. Aislada, como suena aquí, es un perfecto anticipo de lo que vendría después y la pieza más genuinamente ambiental de todo el disco.
“An Index of Metals” - En la antigua división de los LP's, los cuatro cortes anteriores ocupaban la “cara a” del disco mientras que la “cara b” quedaba para esta extensa pieza de casi media hora de duración. En la más reciente edición en disco compacto de “Evening Star”, el tema aparece dividido en seis cortes. Es esta una composición influida por los trabajos del Theatre of Eternal Music de Tony Conrad, LaMonte Young, Marian Zazeela y John Cale en los primeros años sesenta (Cale trabajaría con Eno más adelante). El grupo trabajó con las posibilidades artísticas de lo que se conoció como “drone music”: música basada en sonidos sostenidos durante largos periodos de tiempo en los que apenas experimentan variación. Aquí, Fripp y Eno construyen un “drone” a partir de “loops” en los que cada repetición añade un punto más de distorsión sobre la anterior. Fripp va sumando a la mezcla pequeñas ráfagas de guitarra con lo que la complejidad es cada vez mayor. A pesar del estatismo que se produce en algunos momentos, la pieza es fascinante y se ha convertido en una de nuestras favoritas de este tipo de música.
Imaginamos la confusión que sentirían aquellos que se asomaron a los discos de Fripp y Eno en los setenta con la referencia de los trabajos de ambos en King Crimson y Roxy Music. No tenemos forma de saberlo con certeza porque no conocemos demasiado la obra de estos últimos y llegamos a la del Rey Púrpura después de haber escuchado estas obras del dúo por una cuestión meramente generacional (pertenecemos a un grupo de edad que empezó a escuchar música a mediados de los ochenta y nuestras incursiones en las décadas anteriores fueron dirigidas por la curiosidad que nos generaban los discos posteriores de aquellos artistas). En nuestro caso, el Eno de los ochenta y noventa nos hizo mirar hacia atrás y encontrar allí a Fripp y sus diferentes propuestas. Con esta perspectiva, la propuesta de Fripp y Eno nos parece un salto hacia adelante de gran envergadura que quizá tuvo lugar antes de que el público estuviera preparado (siempre ocurre con los músicos más vanguardistas) lo que explica incidentes como los de los conciertos parisinos.
El oyente de hoy en día lo tendrá, probablemente, más fácil para acercarse a discos como “Evening Music” y disfrutarlos en su justa medida como obras de arte independientes del momento histórico en el que fueron creadas. Con ese convencimiento os recomendamos hoy este disco, un clásico en su género que hoy tiene plena vigencia.