FRITURA "HITCHCOOK" DE CALAMARES Y BOQUERONES (Aperitivo)

Por Rodrigo Rodrigo Martin Antoranz
La fritura andaluza es todo un arte: requiere tiempo y paciencia dar con el toque maestro. Hay que ver qué harina se usa, qué tipo de aceite, qué tipo de rebozado... Un mundo, vaya. Nosotros vamos a saltarnos un poco las reglas del juego y hacer nuestra propia versión, que para eso mandamos en nuestra cocina. Lo importante en cualquier caso es hacerse con un marisco y/o pescado de primera calidad y un aceite Virgen Extra para asegurarnos el resultado. A partir de ahí haced volad vuestra imaginación para dar con diferentes aromas y texturas. Nos vamos de aperitivo. ¡Mandiles arriba!

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INGREDIENTES (2 personas)
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250 grs de boquerones medianos
250 grs de anillas de calamar
Harina de trigo
Orégano y perejil
Cúrcuma y comino
Sal y pimienta negra
1 limón
Aceite de oliva Virgen Extra

Tiempo: 20 minutos


Lo primero de todo es pedir al pescadero (nuestro fiel aliado) que nos dé el pescado limpio para ahorrarnos tiempo y trabajo tedioso. Con la materia prima en perfecto estado llega el momento de ponerse a crear. Vamos a "alegrar" el rebozado. Para ello mezclamos en un bol la harina con las especias (en mi caso: orégano, perejil, cúrcuma y comino) y un buen pellizco de sal y pimienta negra.

Lavamos los boquerones con agua fría y los secamos bien. Los vamos pasando por nuestra harina especial y los vamos a ir friendo en un buen aceite de Oliva Virgen Extra.

Los vamos sacando, según se frían, a un plato con papel absorbente. Hacemos lo propio con las anillas de calamar. Por la harina y luego por el aceite caliente. En 2 minutos estarán. Vigilad que no se quemen. Buscamos ese toque dorado crujiente...

Laminamos los más finamente posible unas rodajas de limón y picamos perejil fresco. Las freímos igualmente en el aceite unos segundos. (Ojo que puede saltar, tapadera al canto) y sacamos. 

Y no tiene mucho más misterio, sólo nos queda servir esta fritura "personalizada" para ir devorando con la mano hasta acabar con las existencias. Eso sí, acompañado de un buen vino blanco fresquito. 
¡Que aproveche, hitchcookian@s!