Soy consciente de que mucha gente no gusta de lo pausado de la estrategia por turnos1 , mucho menos de los juegos indie y no digamos ya de un título sin casi gráficos, pero os prometo que Frozen Synapse es un título al que prestar atención.
Frozen Synapse / Mode 7 / PC-Mac
Dos escuadras de soldados enfrentadas entre sí en un entorno compuesto por habitaciones.
Así de simple es la oferta de Frozen Synapse y en esa simpleza reside su eficacia. Nada de controles avanzados con múltiples opciones y botones, sino acción simple y directa en un título donde la dificultad no está en el manejo de la interfaz y un torrente de opciones.
Desde un punto de vista cenital controlaremos a nuestro grupo de soldados, de diferentes tipos, en un combate cerrado contra otro grupo parejo al nuestro. Muchas son las opciones de configuración de la partida, y es que si bien el juego incluye un modo campaña que no es más que una muestra de los modos de juego recubierta de una historia de nulo interés, el verdadero tesoro del juego reside en los combates aleatorios y en el excelentísimo multijugador.
Esa es TODA la interfaz.
A la hora de enfrentarnos a nuestro oponente lo haremos en varios tipos de misiones, que van desde la escolta de un VIP a la pura y simple eliminación del equipo rival, pasando por el siempre divertido onquista de zona. Todos estos modos, ya de por si variados, dan un completo vuelco cuando jugamos en el denominado “Dark mode”. Dicha variante, cuando es aplicada a los modos citados, añade “niebla de guerra”, que consiste en que sólo vemos aquello en linea de visión de nuestros hombres. Aquí es donde el juego nos muestra su vena táctica y nos hará chillar de ira al ver que la esquina que hemos girado estaba custodiada por un enemigo con una escopeta.
Porque lo último que quieres ver, y lo último que muchas veces verán nuestros soldados, es un arma en sus narices.
Efectivamente, armas. Y es que cada uno de nuestros hombres irá armado con una única arma, de comportamiento absolutamente característico: metralletas letales a medio alcance, escopetas a corta, fusiles de francotirador a larga, granadas e incluso lanzacohetes. Y con escenario destruible, lo que hace de parapetarse tras una pared, inmóvil, una muy mala idea.
Y todo eso mientras nuestros hombres corren, se agachan, controlan zonas concretas… con sólo el botón derecho del mouse, pues la interfaz es, al igual que los gráficos, de un minimalismo y un utilitarismo tremendo.
Lanzacohetes + entorno destruible = LULZ
Tal y como decíamos al inicio, estamos ante un juego por turnos, pero de la variedad denominada “we-go”, que consiste en que ambos jugadores realizan su turno simultáneamente, y cuando acaban, el juego mezcla las órdenes de los jugadores y produce un turno de resultado, el cual vemos como si de una película se tratase.
Por supuesto, podemos ver la repetición de turnos anteriores o incluso subir la partida (una vez finalizada) a Youtube para compartirla.
Pero, como hemos dicho, si en algo destaca el juego es en el multijugador que, en una acertadísima decisión, se basa en una serie de servidores que alojarán las partidas, en el sentido más estricto de la palabra. Porque en Frozen Synapse no tenemos por qué jugar una partida completa de un tirón, sino que, una vez concertada una partida mediante el sistema de búsqueda de partidas, accedermos a la partida, a medirnos contra nuestro oponente. Pero no tenemos obligación de estar delante mientras nuestro oponente juega. Es más, podemos salir del juego y volver cuando el turno esté hecho, que ya se encargará el juego de avisarnos con un email.
Esta característica, unida a la duración corta de las partidas (quince a veinte minutos), hace que lo normal sea estar en cinco o seis partidas de forma simultánea, pues el propio juego, estando logueados, nos avisará de que tenemos un nuevo turno disponible para ser jugado.
La emboscada perfecta: tú eres el rojo.
¿El peligro? Adicción absoluta por el síndrome de “un turno más”, acrecentado por el “esto no puede quedar así”, que nos llevará a desafiar una y otra vez a nuestro rival en una cadena de enfrentamientos a cara de perro, donde los disparos y las explosiones serán el idioma del juego.
Y por si fuera poco, la interfaz multijugador no hará sino facilitar la tarea de encontrar oponentes en menos de lo que se dice “humillación multijugador” haciendo que en segundos estemos planificando posiciones y coberturas.
Francamente, cuando probé por primera vez Frozen Synapse quedé absolutamente enganchado por su propuesta directa a la mandíbula y su jugabilidad, que me convirtieron en un yonqui que sólo necesitaba otro turno antes de dormir. Y afortunadamente ya lo he superado, aunque de vez en cuando cae una partidita rápida, pero poco, que yo controlo.
Sólo una vez más, venga, por los viejos tiempos.