Argumento
Así, los años han pasado y acaba de entrar en bachillerato. En su primer día de clases ya le cae una bronca por llegar tarde. La aparición de un chico tan apuesto como peculiar, Mutsuki Sôma, al que el profesor parece idolatrar por el padre de éste, la salva del rapapolvo. Luego, éste le dice que hay algo de lo que quiere hablar y le pide que se acerque a la sala del Consejo de Estudiantes al acabar las clases. Cuando aparece por allí, la sala está a oscuras y acaba pisando la cara de Hajime Sôma que estaba durmiendo en el suelo. Por supuesto, a éste no le hace nada de gracia y Sawa sale corriendo.
Al día siguiente, ambos la vuelven a ayudar cuando se la cruzan mientras la casera le está echando una bronca, que fue lo que causó que llegase tarde el día anterior. Mientras Mutsuki distrae a la señora, Hajime le da a ésta su carnet de estudiante que no recordaba haber perdido. A cambio de estos favores, Sawa accede a hacer lo que le piden y esto es entrar al Consejo de estudiantes donde ambos son Presidente (Hajime) y Vicepresidente (Mutsuki).
Sawa no sabe muy bien por qué se han interesado en ella pero algún motivo debe haber para que miembros de la famosa familia Sôma estén tan pendientes de ella. Sea por lo que sea, parece que le están dando la oportunidad de cambiar al fin, de dejar de mirar al suelo y abrirse de nuevo al mundo.
Reseña
Tengo que confesar que más que pensar en la serie original, no me he podido quitar de la cabeza mientras la leía Marmalade Boy Little porque todo el rato hacía comparaciones mentales entre ambas secuelas y hay cosas que me parecen más acertadas aquí y otras allí... pero la verdad es que ambas son secuelas muy decepcionantes, sobre todo para ser las continuaciones de dos historias tan míticas. De partida, aquélla se inició porque el editor casi se lo mandó a la autora y aquí fue un poco por aprovechar el tirón de la reedición de la serie. Dos motivaciones muy vagas han dado como resultado dos obras mediocres.
Para empezar, tenemos claro que en esta serie la autora ha pretendido hacer un cambio de posiciones de los roles de los personajes. En la original, Tohru era una chica normal que ayudaba a unos traumatizados miembros de la familia Sôma. Aquí son los Sôma que aparecen los que ayudan a una chica normal traumatizada. En este sentido, la idea es buena. Básica pero con potencial. El problema es la longitud, los dos primeros tomos no iban mal pero el tercero es un cierre en falso y precipitado.El trauma de Sawa es fuerte y, hasta cierto punto, realista, desde luego que más que una maldición con las criaturas del zodiaco chino. No obstante, nos ponemos a recordar por lo que pasaron los personajes de la serie original y, por comparación, casi nos parece que esta chica se está ahogando en un vaso de agua. Quizás soy un poco cruel pero es que aún cuando se descubre el porqué sus amigas le dieron la espalda o por qué se la ve a veces en una viñeta flashback de niña, tirada a los pies de una escalera... pues sí, es duro, pero es "poca cosa" viniendo de donde venimos. Las comparaciones son odiosas y, a menudo, no son justas.
Por otra parte, en Marmalade Boy Little, Wataru Yoshizumi no tuvo miedo de mostrar a los protagonistas de la original y enseñarnos cómo les iba y qué era de sus vidas. Aquí Natsuki Takaya es una cobarde que apenas nos muestra unas siluetas de los protagonistas originales o les nombra en alguna ocasión de pasada. Sólo se atreve a recuperar a personajes totalmente secundarios o que no llegan ni a eso: Megumi, el hermano pequeño de Saki Hanajima reconvertido en profesor, el Presidente del Consejo de Estudiantes que estaba obsesionado con Yuki y que no paró hasta convencerle de que ocupara su lugar al graduarse, también reconvertido en profesor; Hinata, hermana recién nacida hacia el final de la serie de uno de los 12 o Momo, la hermana pequeña de Momiji.
¿Que su intención era que nos centráramos en las historias de los nuevos personajes? Pues entonces debería haber hecho una historia que no tuviera relación o que fuera muy tangencial con los Sôma porque es un continuo "Tal es hijo de A", "Cual es hija de B", etc. Y es un "etc" demasiado largo. Son demasiados Sôma los que aparecen para tres tomos. Recordad que la original tuvo 23 y fueron apareciendo de manera dosifica. Esto último también supone que la construcción de personajes y el fondo que tienen sea mínimo.Además, otro punto débil que sí comparte con la otra secuela con la que estoy comparando es que los personajes recuerdan demasiado a los originales. Mutsuki es clavado a su padre, Yuki; Hajime ídem con Kyo y Riku ídem con Hatsuharu. Y esto sólo por ceñirme a los principales. Son ellos o, más bien, como habrían sido ellos si no hubiesen tenido la maldición de los doce del zodiaco chino. Se puede intentar justificar en la genética, pero es como estar viendo a los protagonistas de la serie original todo el tiempo. Y, lo siento, pero no les llegan a la suela del zapato en cuanto a carisma. Bien es cierto que la longitud de la serie hace imposible el mismo tratamiento en profundidad pero lo que tenemos es suficiente para comparar y no hay color.
Como en la original, la serie se centra más en los traumas y los lazos familiares y de amistad. El amor romántico es secundario y se da más avanzada la serie. La pareja de Sawa es alguien que no vemos venir y, aunque son cuquis cuando están juntos, diría que les falta algo de chispa. De todos modos, este punto es bastante mejor que la que fue la pareja protagonista de
Marmalade Boy Little. Aquello no había por dónde cogerlo y esto, bueno, con más espacio seguro que habría funcionado mejor.En definitiva, una secuela mediocre pero no horrible. La idea de partida de intercambiar los papeles de quién ayuda a quién estaba bien planteada y, salvo por lo precipitado del final, bien desarrollada. Luego, ver a quienes son "hijos e hijas de" y saber un poco más de sus respectivos padres y madres por lo que cuentan sacia un poco la curiosidad, pero no es lo que esperaríamos de una continuación y, en este sentido, es un tanto triste la oportunidad desperdiciada. Es decir, no la recomiendo especialmente. No empaña el recuerdo de la original, algo que sí me pasó con Marmalade Boy Little, pero tampoco aporta demasiado, sólo algunas escenas en flashbacks que pueden tener un mayor interés y que podrían justificar la compra. Si obviamos la parte de ser una secuela y nos centramos en la trama de la protagonista, por sí sola, no está mal, aunque es muy difícil alcanzar un nivel de abstracción suficiente para ello.